S&P Global Ratings revisó la perspectiva de la calificación crediticia de Pemex a negativa, desde estable, tras una acción similar realizada a la nota soberana de México y reflejando la opinión de que la estrecha relación entre la empresa y el Gobierno federal se mantendrá sin cambio en los siguientes años.
En un comunicado, la calificadora dijo que las mayores asignaciones presupuestales para PEMEX en 2019 y las recientes declaraciones del Gobierno federal asegurando que la empresa cumplirá de manera puntual con todas sus obligaciones financieras, refuerzan la expectativa de una probabilidad casi cierta de respaldo extraordinario de parte del gobierno si la empresa afronta dificultades financieras.
Por lo tanto, dijo, las calificaciones de Pemex continúan reflejando las calificaciones soberanas de México.
Indicó que el plan financiero para restaurar los fundamentos crediticios de la petrolera es insuficiente respecto de las necesidades multianuales de inversión de capital. La evaluación también captura el vínculo integral entre Pemex y el gobierno que detenta la propiedad total de la empresa, y que considera la elevada participación gubernamental en todas las decisiones estratégicas.
La agencia confirmó las calificaciones en escala global de «BBB+» en moneda extranjera y de «A-» en moneda local, así como las calificaciones en escala nacional de largo y corto plazo, de «mxAAA» y «mxA-1+», respectivamente, y deuda de «mxAAA». La perspectiva en escala nacional es estable.
También confirmó las calificaciones crediticias en escala global en moneda extranjera y local de las subsidiarias de Pemex.
Por otra parte, S&P revisó la evaluación del perfil crediticio individual (SACP por sus siglas en inglés para stand-alone credit profile) de Pemex a «b-» desde «bb-» debido al continuo deterioro de los perfiles de riesgo de negocio y financiero de la empresa que ha comprometido la recuperación de sus principales líneas de negocio.