SEXTANTE
Por: Costeau
El origen de la palabra “tupamaro” procede del nombre del legendario caudillo indígena peruano Túpac Amaru II, quien en 1780 se sublevó contra el imperio español; esta insurrección fue reprimida por el ejército colonial con una inusitada y feroz carnicería como las que siempre ejecutan los imperialistas. Existe la versión de que a los luchadores por la independencia de Uruguay se les aplicaba este mote y que por ello lo adoptaron los guerrilleros uruguayos que en los años 60 del siglo pasado se levantaron en armas contra la dictadura militar que prevalecía entonces en la llamada República Oriental.
La cinta que hoy comento, La noche de 12 años, amable lector, trata de tres líderes de esa agrupación que, por la vía guerrillera, trató de instaurar una sociedad más justa y democrática en Uruguay. Fue una coproducción uruguayoespañola-francesa-argentina, se fi lmó en 2018 y compitió por los famosos Oscar de 2019, tras su previa participación en los festivales cinematográfi cos de Venecia y San Sebastián. Pero estos galardones no son los que distinguen este fi lme, sino el contenido raro de su guion, que resulta contrastante en un horizonte fílmico mundial que hoy como nunca está inundado con cintas extremadamente comerciales y alienantes.
La noche de 12 años tiene más imágenes que diálogos y mediante el uso de éstas, todas escalofriantes y conmovedoras, intenta transmitir al cine-espectador la terrible historia vivida por los tres tupamaros. Como el nombre mismo de la película lo dice, estos hombres tuvieron en grado superlativo una estancia muy oscura y opresora en los centros de reclusión de la República del Uruguay. Los presos que padecieron esta pesadilla de 12 años fueron: José Mujica (interpretado por Antonio de la Torre), Eleuterio Fernández Huidobro (Alfonso Tort) y Mauricio Rosencof (Chino Darín). En todo momento, según narra el realizador uruguayo Álvaro Brechner, podían ser ejecutados por los militares, pues su vida dependía de que el Movimiento Tupamaro reiniciara hostilidades contra el gobierno dictatorial. Pero, además, gran parte del largo aprisionamiento La noche de 12 años los carceleros mantuvieron a los tres guerrilleros incomunicados, a oscuras, con poca agua, mal alimentados, insalubres, etc., con el propósito de quebrantar sus convicciones, su raciocinio, moral y deseo de vivir. Fue una noche larguísima, llena de las peores infamias y degradaciones que pueda sufrir algún ser humano. Pero esos tres hombres sobrevivieron a esas tortura inhumana. José Mujica se convirtió en Presidente de Uruguay en el periodo 2010-2015 y encabezó uno de los gobiernos más progresistas que haya tenido ese país. Fue un mandatario ejemplar que vivió modestamente, que no se confrontó con grupos y personas disidentes; no incurrió en demagogia; no polarizó a la sociedad y nunca quiso el control dictatorial como lo está haciendo el “izquierdista” Andrés Manuel López Obrador.
Pero cuando Mujica fue preso político y padeció la tenebrosa e inhumana reclusión estuvo a punto de perder la razón. En La noche de 12 años hay una secuencia en la que Mujica es llevado a consulta con una psiquiatra; ésta le pregunta: “¿Lo han tratado bien, come bien, duerme bien? El guardia que lo vigila contesta a aquélla: “Sí, come bien, duerme bien”. Pero ella ordena al guardia: “Vaya a traer agua”. Y en ausencia del guardia, Mujica cuenta a la doctora que cree que le implantaron un chip o una antena para enloquecerlo. Pero aquélla le comenta que en realidad padece una “psicosis delirante” y le recomienda no pensar más y descansar lo más posible. Es entonces cuando Mujica revela que tiene más de 12 años sin ver a una mujer, sin ver a las estrellas, sin leer ni escribir (…) Ella, con profunda compasión le cuenta a su vez que a los 15 años perdió a su madre, que decidió estudiar medicina, que durante muchos años atendió a miles de pacientes y que un día tuvo una crisis emocional que le impidió levantarse de la cama (…) Pero que comprendió que hiciese lo que hiciese, su madre no estaría jamás con ella, entonces se levantó y siguió con su vida y su carrera. Para Mujica esa breve conversación, la única en esa negra y larguísima noche de 12 años, le dio valiosísimas palabras de aliento. Un filme muy recomendable.