IRAPUATO, Guanajuato.- La plaza de Toros Revolución de esta localidad, registró tres cuartos de entrada en sombra y un cuarto en sol. Con un clima de calor y con un poco de viento al principio.
Se lidió una preciosa corrida de Arroyo Zarco, de muy buenas hechuras, sobresaliendo el primero, tercero y quinto, nobles y metiendo la cabeza. Los demás les faltó rematar al final. El de regaló fue emotivo pero brusco. Con esa materia, Nacho puso el corazón por delante, con un gran deseo de triunfar. Le metió la espada completa. Y el toro se entregó. Para cortarle una oreja y con ella conseguir la puerta grande.
Santiago Zendejas se enfrentó a un toro de verdad de La Estancia de clase y con buen ritmo. Estuvo realmente lucido en todas las suertes. Lo mato en lo alto, y debieron de otorgarle la oreja, pero no fue concedida, dando una vuelta al ruedo.
Parece, que cuando los toreros no tienen en su pensamiento la obligación de triunfar a toda costa, se desprenden de lo que los presiona y dejan salir lo que verdaderamente tienen de sentimiento, y eso le está pasando a Ignacio Garibay, en esta campaña final de su carrera. Hoy ha toreado de manera sublime a su primer toro, al que le hizo una gran faena, llena de sentimiento y de temple. Solamente le cortó una oreja, porque el toro tardó en doblar, merced a una estocada con tendencia. A su segundo también lo toreó muy bien, hasta que el toro cambió de lidia. Se tuvo que doblar con él y le costó trabajo para matarlo hasta escuchar dos avisos y la gente le reclamó. Aun así dejó un gran aroma de torero inspirado y cabal. Acicateado por lo acontecido decidió regalar un toro de la misma ganadería.
Diego Silveti ha dejado ir un triunfo muy importante al fallar a espadas. Dos faenas de gusto y de mucho temple. Faenas, además, completas con quites y muleta. A los dos les dio pases muy vertical y llevándolos embebidos en su multa. Sobresalió la faena del Segundo, porque en ese se gustó de verdad. Acariciando la arena de aquí hasta allá. Una estocada defectuosa y tres descabellos en su primero, le hicieron perder la oreja. El segundo le dejó media en todo lo alto, pero el toro tardó en doblar. La gente pidió la oreja, pero no fue concedida.
Leo Veladez es un torero que está que no cree en nadie. Después del triunfo de Guadalajara, ha venido a esta plaza a formar el alboroto. A su primero lo mató de una estocada tendenciosa y tuvo que descabellar. Es su Segundo salió a comerse el mundo, en una faena plena de entrega. Cuatro afarolados en las tablas de salida, para luego ligarle chicuelinas. Al rematar fue prendido, de muy fea manera, sin hacerle daño. Con el traje hecho girones, continuó cubriendo un segundo tercio espectacular. La faena de muleta fue siempre entregado toreando por bajo y por alto a un toro nada fácil, al que le pudo merced a su valor. Gritos de Torero.!, Torero.!, Estocadón hasta las cintas le hicieron triunfar cortando dos orejas. Al final de la corrida Ignacio Garibay y Leo Valadez salieron en hombros.