SALTILLO, Coahuila.- Fue torturado tantas veces en un lapso de seis horas que se desmayó en cinco ocasiones sofocado por las bolsas de plástico y el agua a presión que le proyectaban a la boca y la nariz.
“Juan” fue detenido por una unidad del Grupo de Reacción Sureste (GRS) cuando salía de su trabajo la tarde del pasado 25 de marzo en la calle Quetzalcóatl de la colonia Los Pinos, e intentaron fincarle el delito de posesión de narcóticos con fines de comercio, a pesar de que el joven no traía drogas entre sus pertenencias.
Tres días después de su detención, la jueza de control, Griselda Elizalde Castellanos, declaró ilegal la detención de “Juan” por la cantidad de inconsistencias en el procedimiento policiaco y su presentación al servicio médico y al Ministerio Público.
No obstante, los tres días que transcurrieron entre la detención y la liberación, este joven saltillense sufrió torturas, amenazas y padeció la fuerza de un sistema policial y judicial corrompido.
Al ser liberado el pasado 28 de marzo, todavía malherido por la cantidad de golpes recibidos durante su cautiverio, “Juan”, junto a su par de abogados, presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos Cometidos por Agentes del Estado, con el fin de evidenciar la violencia de la que fue víctima.
La abogada Cynthia Berenice Gaona Martínez, especializada en Seguridad Pública, Derechos de Personas Desaparecidas y Derechos Humanos, aseguró que el caso de “Juan” no es una excepción sino la regla dentro del sistema policial de la ciudad.
“Presionados por las exigencias de sus superiores, los policías de las diferentes corporaciones municipales detienen ilegalmente a personas para después acusarlas de haber cometido algún delito y ‘cumplir con el jale’”, aseguró Gaona Martínez, quien también laboró como agente del Ministerio Público de Delitos Especializados.