ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
La alegría del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, luego de que a partir de ayer, por fin, la Guardia Nacional ya cuenta con un jefe, el general Luis Rodríguez Bucio, le duró muy poco porque los contrastes, ahora con las cifras de violencia e inseguridad, que son evidentes y el presidente evade a quien le cuestiona las altas cifras de asesinatos.
La mañana de este viernes 12 de abril, el periodista Jorge Ramos cuestionó en la conferencia mañanera a López Obrador sobre las cifras de inseguridad y la violencia en México, a lo que el presidente contestó con un: «No han aumentado, yo tengo otra información»; pero el periodista dijo que de acuerdo al reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), murieron 8 mil 524 en los primeros tres meses de gobierno: en diciembre 2 mil 875, en enero 2 mil 853 y en febrero 2 mil 796.
Al ser cuestionado AMLO, como lo ha hecho en otras ocasiones, intentó evadir las preguntas del periodista de Univisión e instruyó a que se proyectara la tabla del promedio diario. Tratando de desviar la atención intentó hablar de otros presidentes: «en dos sexenios perdieron la vida, desde que un presidente declaró la guerra al narcotráfico y le pegó un garrotazo al avispero, alrededor de 250 mil mexicanos…» El periodista, sin embargo, enumeró las cifras de los primeros tres meses de gobierno asegurando que «si sigue así, va a ser (este gobierno) el más violento de la historia moderna de México».
Pero el presidente López Obrador junto con el periodista, que se levantó de su lugar, fue y le enseñó en la proyección que el promedio por día fue: diciembre 79 muertos, enero 75, febrero 83 y marzo 77. Cuando el periodista pidió ver dónde estaban los totales, el presidente simplemente contestó: «Ah, no… las cifras totales; o sea, no, no las tengo, pero te las voy a dar…»
Ayudemos un poco al presidente. Si multiplicamos 79 por 31 días del mes diciembre nos da un total de 2 mil 449 muertos; en enero, 75 por 31 días, genera 2 mil 325 muertos; en febrero, 83 por 28 días, son 2 mil 324 muertos y en marzo al multiplicar 77 por 31 días nos da un total de 2 mil 387 muertos; la cifra como gran total es de 9 mil 485 muertos en los primeros cuatro meses de administración; ni el mejor estadística que tenga el gobierno federal puede refutar esas cifras; pero lo curioso y delicado es que las cifras las dio el mismo gobierno a través de su Sistema que lleva el conteo diario.
¿Qué pasa entonces con el presidente de México?, ¿por qué razón sigue creyendo que todo lo que digan los titulares de las Secretarías o integrantes de su gabinete lo tiene que contradecir sólo porque no le gustan la cifras que reflejan la realidad que vive México?, ¿es ese un gobierno democrático o con tintes claramente autoritarios? Ya hay muchas preguntas que todo mundo desea responderse; en primer lugar los mexicanos, pero también los periodistas, empresarios, analistas, investigadores y hasta los mismos integrantes de su gabinete.
Los mexicanos fueron manipulados y engañados para que emitieran su voto en julio pasado; así, por esa vía, AMLO se subió a la silla del poder; los mexicanos «aceptaron» darle una oportunidad a este presidente porque ya estaban angustiados y desesperados porque el priismo de Peña Nieto no pudo resolver los grandes problemas del país, aunque sí echó a andar las reformas que hoy están desapareciendo y que de haberse dejado, en algunos años iban a rendir los primeros frutos.
Los mexicanos ya se están dando cuenta de todo este «espectáculo» del gobierno morenista, además muy mal planeado. Los mexicanos pudieron ser manipulados pero lo que sí no van a soportar es que se les esté engañando o que se les quiera ocultar una realidad que a diario viven como es la inseguridad y la violencia. Una de las obligaciones de todo gobierno debe ser hablarle claramente al pueblo de los problemas que tienen como país, para que se concientice y vea que es difícil acabar con los males sociales; incluso, para que el mismo pueblo participe activamente en su erradicación. Lo que está haciendo López Obrador no va en ese sentido, el quiere ocultar la realidad, negarla y si fuera posible difundir cifras y datos que den una imagen nueva, una imagen de la Cuarta Transformación, que como dijo alguien en las redes sociales, más bien parece una transformación de cuarta.
El clímax no político en México…
La Guardia Nacional ya tiene un jefe y es Luis Rodríguez Bucio; esta Guardia se va a constituir de las corporaciones de tres instituciones: Policía Naval, Federal y Militar. Rodríguez Bucio nació en Condémbaro perteneciente al municipio de Tancítaro, Michoacán, el 27 de agosto de 1956; a los 17 años ingreso al Colegió Militar de donde se graduó como Subteniente de Infantería, durante un año fue quien planeó y ejecutó las actividades logísticas durante las giras y eventos oficiales del presidente Carlos Salinas de Gortari dentro y fuera del país.
Tiene un doctorado en Defensa y Seguridad Nacional con el tema «Participación de las Fuerzas Armadas mexicanas en la Estrategia de Combate al Narcotráfico” del Presidente Felipe Calderón; fue comisionado por tres meses como subjefe de Estado Mayor de la Fuerza de Tarea Marte XXII en Badiraguato, Sinaloa, en donde su misión fue erradicar los plantíos de enervantes en Sinaloa, Chihuahua y Durango; y finalmente ha participado en operaciones contra grupos vinculados al narcotráfico en Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí. Por el momento, querido lector, es todo.