Miguel Ángel Casique Olivos
¿Qué garantía hay, que tras la conformación de la Guardia Nacional y el nombramiento de su titular, en México la inseguridad y la violencia disminuyan realmente y no sea mero mecanismo de control político y militar? Esa es la pregunta que varios millones de mexicanos se hacen diariamente cuando se enteran de que hay más asesinatos y asaltos por día, sin que ellos, como sociedad, puedan hacer algo para contrarrestar estos males sociales, propios de un modelo económico mal planeado y que no está pensado para darle prioridad a las necesidades de la gente o resguardar su integridad física.
La inseguridad y la violencia van en aumento como otros males que engendra el capitalismo rapaz e injusto que sólo tienen entre sus metas la concentración de más riqueza y más avasallamiento social, incluso, hasta orillar a la muerte a la clase trabajadora con tanta pobreza y miseria que no le permite tener ni lo más indispensable para sobrevivir, el alimento. Aquellos dos males, en estos primeros meses de gobierno morenista, hoy generan más temor, terror y miedo entre la población.
Y es que la percepción, a cuatro meses del «nuevo gobierno», que tienen los mexicanos de inseguridad volvió a incrementarse durante el mes de marzo; según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, señala que el mes pasado el 74.6 por ciento de la población adulta aseguró que se siente insegura en la ciudad donde vive. Tan sólo en el mes de diciembre de 2018, la percepción de inseguridad fue de 73.7 por ciento a nivel nacional y hoy existe una alza de 0.9 puntos. No obstante, la encuesta citada que trimestralmente se publica, registró una disminución en el último semestre de la administración anterior de Peña Nieto, incluido el mismo mes de diciembre, que ya le corresponde al gobierno de López Obrador; pero ahora, en marzo, viene a incrementarse.
Los datos reflejan que la inseguridad resultó mayor en el caso de las mujeres, con 79.6 por ciento; mientras que entre los hombres, fue de 68.3 por ciento; el miedo, entonces, creció 1.6 puntos entre las mujeres pues en el último mes del año pasado el 78 por ciento manifestó sentirse insegura. Las ciudades con más percepción de inseguridad fueron Tapachula con 96%; Villahermosa con el 92.2%; Coatzacoalcos el 92.6% y Ecatepec con un 92%; este último municipio, por cierto, donde la población está enojada porque el Ayuntamiento pretende convocar a una nueva elección de delegados, cuando el triunfo le favoreció al antorchismo de la colonia La Laguna de Chiconautla; o sea, además de ser un municipio inseguro, es antidemocrático y antipupular que no respeta lo que la población decide en las urnas.
México está entrando una etapa con un «nuevo gobierno» que salió de las filas de Morena. López Obrador que ahora aparece entre los 100 líderes de la revista “Time”, por ser uno de “los líderes más influyentes en diversos ámbitos”, se cree uno de los mejores mandatarios de la historia; sin embargo, la pregunta sigue estando en el aire, es decir, si esa diferencia que está marcando el presidente actual es lo que el país realmente necesita o no, como cuestiona el periodista Jorge Ramos en la entrada que escribe sobre López Obrador, donde además señala que el control total que tienen el presidente con el Congreso y su estilo de tomar decisiones (véase órdenes con los mentados memorandos), ha levantado banderas en aquellos que no quieren más populismo autoritario.
«AMLO esperó 13 años para convertirse en Presidente, y está presuroso de actuar. Pero antes o después se dará cuenta de que una sola persona no puede salvar a México, pues otros lo han intento y han fallado»; López Obrador quiere cambiar a México imponiendo lo que él cree está bien, las más de las ocasiones, sin hacer un verdadero análisis e investigación de la realidad política, económica o social del país; que al no realizarse, necesariamente llevará al fracaso, como en cascada y mayoritariamente, todas las acciones que implemente la 4ta Transformación.
El clímax no político…
Y como algunos gobernadores ya están hasta el gorro de las promesas y promesas del gobierno federal al no bajar los recursos a las entidades, se creó el Grupo Centro Occidente (GCO), donde los mandatarios de Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí y Querétaro conforman una alianza para traer más recursos a sus entidades y a la región; y es que el corredor industrial y el poder económico que forman los mandatarios de esos estados se ampliará y para el 8 de mayo se incorporaría Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco; y aunque el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez ha dicho que la existencia de este bloque no se convertirá en un grupo opositor del gobierno de López Obrador, lo cierto es que el mensaje es el contrario.
El GCO pretende atraer inversión económica a la región o a las entidades que el gobierno de AMLO les recortó, entonces los mandatarios y ese grupo tendrán que competir necesariamente con el poder y respaldo económico con que llegan los superdelegados, algo que necesariamente tendrá que influir e impactar en las elecciones que cada estado vaya teniendo para elegir a sus próximos mandatarios; el resultado lo iremos viendo a su debido tiempo, pero sea cual sea la razón y el origen del GCO; la inconformidad social, debido a las malas políticas del gobierno morenista, está en aumento. Por el momento, querido lector, es todo.