Miguel Ángel Casique Olivos
Mientras la madrugada de este jueves 25 de abril la Cámara de Diputados aprobó, con 381 votos a favor, 79 en contra y 2 abstenciones, una «nueva» Reforma Educativa, que según elimina la evaluación de maestros y deja abierta la puerta al sindicato magisterial para que busque el control de las plazas de nueva creación, legisladores de oposición y algunos académicos no estuvieron de acuerdo porque han señalado que existe un riesgo de regresión, pues el artículo decimosexto transitorio de la reforma educativa contempla a los maestros como trabajadores del Estado y permitirá a los sindicatos tener incidencia en el reparto de plazas.
Mientras esto ocurre, ya hoy se cumple 83 días de huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana, la más larga en la historia de la Institución y no se ve hasta cuándo va a continuar; se sabe por ejemplo, que tras su exigencia del 20% de aumento del SITUAM y demás peticiones hay otros intereses políticos que están vinculados a Morena y a gente muy cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues ellos se hicieron presentes casi al instante en que estalló la huelga y posteriormente en la insistencia del sindicado para no aceptar las propuestas.
También en la Universidad Autónoma Chapingo, donde han transcurrido 64 días de huelga y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Chapingo (STUACh) persiste en un paro de labores que mantiene cerrada a la centenaria institución; donde casi 10 mil estudiantes fueron enviados a sus hogares, como consecuencia del cierre de las instalaciones universitarias.
Pero qué sucede con estas dos huelgas; ¿qué es lo que se busca y quién está detrás de ellas? En la UAM, Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior de la SEP, muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, que quiso ser rector de la Unidad y fue considerado en una quinteta que el Consejo de Xochimilco envió al rector Eduardo Peñalosa, pero éste lo eliminó de la lista y solo consideró a tres de los cuales Fernando de León se convirtió en rector en el mes de diciembre.
El hoy funcionario de la 4T Luciano Concheiro era mejor candidato para ocupar el cargo, pero de León lo apoyó la hoy alcaldesa de Morena en Tlalpan, Patricia Aceves; ahora Luciano convertido en subsecretario de Educación y molesto por la decisión del anterior rector, no ha hecho ningún movimiento que abra camino para solucionar la huelga; además de que el 20% de incrementar salarios es muy alto.
Y en Chapingo, tras varias peticiones económicas que se habían planteado inicialmente por el sindicato a la Universidad, hasta hoy sigue la dificultad para llegar a un acuerdo y dar por terminada la huelga; se comenta que es la llamada homologación salarial de los trabajadores del STUACh con los de la UNAM, misma que la Rectoría y el H. Consejo Universitario se niegan a aceptar por no contar con el financiamiento respectivo.
Una característica de la UACh, es que a diferencia de las privadas, las universidades públicas del país existen por los recursos que llegan del erario nacional; para el caso de Chapingo, del dinero que aporta anualmente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dependencia del Gobierno Federal.
En Chapingo la homologación salarial se traduce en un aumento de sueldo que impacta en varias prestaciones laborales que se calculan a partir de ese recurso; por tal razón, la Universidad no puede solucionar de manera unilateral el conflicto en que la mantiene el STUACh; debe ser el Gobierno Federal el que aporte los recursos para solucionar la exigencia sindical.
Pero aquí, se sabe también, como en el caso de la UAM, cuál es y dónde está la dificultad para la solución de su demanda o ¿por qué los líderes del STUACh insisten en mantener cerrada la Universidad, en lugar de dirigir su movimiento hacia la Secretaría de Hacienda, única instancia que realmente la puede y debe resolver? ¿Influirá en esto el hecho de que el STUACh sea un sindicato dirigido por Morena, como sus propios líderes lo han declarado? Solo son preguntas.
El clímax no político…
Ya el lunes próximo iniciarán los trabajos en Santa Lucía, se trata de la primera etapa en la construcción del Aeropuerto Internacional que incluye la demolición de las estructuras existentes en la Base Aérea Militar No 1 y el Campo Militar No 37-D, el desmonte y despalme del terreno, el retiro de 5 mil 195 árboles que fueron plantados con fines ornamentales por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, Sedena, y la excavación, compactación y nivelación del terreno; de ahí el meme #YoPrefieroElCerro o «Solo se me atravezó un cerrito en mi proyecto». No hay más que decir; ¡perdónalos señor, sí saben lo que hacen!. Por el momento, querido lector, es todo.