Colaboración invitada, Fuensanta Pérez Orona.- Al momento de escribir estas líneas, y tan solo en el mes que corre, en la Ciudad de México han sido detenidos ya cuatro jóvenes estudiantes, ¿el delito?, realizar colectas económicas para poder solventar sus estudios y para obtener recursos para las Casas del Estudiante a las que pertenecen.
Este tipo de acciones han sido las que han caracterizado a Claudia Sheinbaum Pardo, quien es la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y que milita, nótese mi falta de sorpresa, en el partido de Morena, ese partido que a todos los mexicanos nos ha prometido la tan mentada, pero también la tan fallida Cuarta Transformación.
Los jóvenes que fueron arbitrariamente detenidos y retenidos en las instalaciones de la policía son jóvenes de bajos recursos económicos, quienes han migrado al centro del país, para intentar superarse y prepararse académicamente buscando un futuro mejor para ellos y los mexicanos.
El 14 de marzo de este año, fue detenida Lessly Domínguez López, originaria de Huauchinango, Puebla; estudiante de 21 años que cursa la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y que vive en la CDMX, en la casa del estudiante Calmecac; tres días después, el 17 de marzo fue detenido también el joven Arístides Maldonado Velázquez, quien es estudiante de la carrera de Biología en la misma universidad, y morador también de la casa Calmecac; el día de hoy (27 de marzo del 2019), al momento que escribo estas líneas, están detenidos los jóvenes Alexander Méndez Méndez y Atzimba Citlali Gutiérrez Álvarez, estos últimos dos pertenecen a la Casa para Estudiantes de Periodismo “Hermanos Flores Magón”, ubicada también en la Ciudad de México.
Doy estos datos de los jóvenes que han sido detenidos, porque me interesa que antes de emitir cualquier juicio sobre su detención, el lector se dé cuenta de qué tipo de jóvenes estamos hablando, que vea que no son drogadictos, o delincuentes, sino todo lo contrario, que a pesar de todas las trabas con las que cuenta nuestro país actualmente para la superación académica de los jóvenes, ellos, al igual que todos los que viven en este tipo de albergues estudiantiles, han decidido salir de su zona de confort, alejarse de sus familias y poder abrirse paso a sí mismos.
Muchos quizá no conozcan cuáles son las razones por la que estos jóvenes realizan este tipo de actividades, y trataré de resumirlas: este tipo de albergues aglutina a estudiantes de diferentes puntos de la república, de estados como Oaxaca, Guerrero, Puebla, y de la misma Ciudad de México; aquí mismo duermen y se alimentan, pero el papel de estas casas no busca solo solventar las necesidades biológicas del ser humano, sino también las necesidades de tipo espiritual, pues ahí mismo se imparten talleres culturales y deportivos, mismos que pretenden educar de manera integral a todos aquellos que se acerquen; pero como lo es propio del sistema actual en el que nos encontramos, para realizar cualquier actividad, es necesario contar con recursos económicos así que, por ejemplo, en el caso de la casa Calmecac, se encuentran viviendo 72 jóvenes, quienes a través de gestiones han logrado que la delegación Cuauhtémoc, que es donde se encuentran ubicados, apoye su casa con 15 mil pesos mensuales, lo que correspondería un apoyo de apenas 208 pesos mensuales para cada integrante; este recurso pues, resulta insuficiente para cubrir todas las necesidades de los jóvenes, necesidades que van desde la alimentación, el transporte para sus universidades y también, por qué no decirlo, para movilizarse a diferentes puntos del país a conferencias nacionales; para cubrir también los gastos de vestuario cuando se presentan en eventos culturales, todo esto pues, es por lo que implementan la colecta, una actividad que consiste en salir a las calles de manera pacífica, a solicitar el apoyo de la ciudadanía para cubrir el total de sus gastos, cabe resaltar, que cada ciudadano decide si apoya o no y decide también la cantidad que les dará.
Este tipo de actividades pues, no merecen ser castigadas, pues es como si se castigara y agraviara también el intento que hacen miles de estudiantes en diferentes partes del país por salir adelante; si alguno de los lectores estuvo atento a las redes sociales en este periodo vacacional, pudo darse cuenta perfectamente que desde Baja California, hasta Yucatán, muchos jóvenes bailando en vialidades públicas o en plazas de diferentes estados, con un ánimo característico de nuestra juventud y con el sueño de salir adelante, no fueron a vacacionar o a pasar los días con su familia, sino que decidieron quedarse a realizar este tipo de actividades para poder crearse un futuro mejor.
Desde mi humilde tribuna, y arriesgándome quizá a que mi escrito no llegue a todas las personas a las que me gustaría que llegara, yo quiero pedirle, con todo el respeto que merece un ser humano, a la Licenciada Claudia Sheinbaum Pardo, que no castigue a los jóvenes por querer salir adelante, que no encierre sus sueños al tratar de buscar, por los medios necesarios, una calidad de vida que cada uno de los gobernantes tiene la obligación de ofrecer a cada mexicano, pero que evidentemente no lo hacen. Señora Claudia, deje que nuestros jóvenes, los que a cada rato repetimos que son el futuro de nuestro país, abran sus alas y alcancen el cielo, formándose como mexicanos que el día de mañana lucharán por mejorar la forma en que vivimos.
Jóvenes de México, sigamos lo que alguna vez dijo Antonio Gramsci: “Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda nuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda nuestra fuerza”. Que así sea.