Miguel Ángel Casique Olvidos
Ya entrada la noche de ayer, al teléfono del gestor y vocero nacional antorchista, Homero Aguirre, entró una llamada, el número era de Lilia Aguilar, encargada de atención a organizaciones sociales, quien nuevamente intentó «desactivar» la protesta de este martes 30 de abril en la Secretaría de Gobernación Federal de 15 mil mexicanos que vuelven a preguntar quién, cómo y cuándo realizará obras y servicios en comunidades y pueblos marginados del país.
Lilia Aguilar ha sido la funcionaria que el gobierno del Presidente López Obrador ha designado como «intermediaria» entre el antorchismo y el gobierno federal para darle seguimiento y solución a las peticiones de miles de mexicanos, al menos eso ha dicho ella.
Sin embargo, las llamadas de la funcionaria son llamadas que no resuelven; alguien diría que en atención burocrática de la 4T tienen el 100%, pues la funcionaria es amable; pero en atender y solucionar las problemáticas que presentan las organizaciones sociales a la dependencia de Bucareli tienen el 0% en avance, algo que enoja a los líderes sociales porque ya con esta se realiza la tercer protesta y no hay atención real.
Qué dirá la titular de la SEGOB Federal, Olga Sánchez Cordero o el mismo Presidente López Obrador, ante los pocos resultados que sus funcionarios, como Lilia Aguilar, les rinden para garantizar la estabilidad social de México o para evitar que la inconformidad social escale.
El 10 de abril, cuando 10 mil mexicanos protestaron, la funcionaria recibió a la comisión y «aseguró» que se entablarían mesas de diálogo con dependencias federales para encontrar solución a las peticiones de miles de habitantes de pueblos y colonias de prácticamente todos los estados del país; pero tras la manifestación las reuniones han sido fallidas y no hay otro camino más que la fuerza social de los mexicanos.
El gobierno federal está por cumplir 5 meses en su administración y sólo está generando más inconformidad porque se está agrediendo al pueblo al cancelar obras básicas de agua, luz, drenaje, vivienda, pavimentaciones, escuelas, carreteras, hospitales, entre otras.
El gobierno federal morenista, en voz directa del Presidente Obrador, sigue atacando y calumniando a la organización social, más grande y mejor estructurada de México, al Movimiento Antorchista, que cuenta en sus filas con tres millones de mexicanos; el presidente usando el mote de «antorcha mundial» a acusado en 58 ocasiones a la organización de ser intermediaria de los programas sociales; y aunque ya eso fue contestado y aclarado por la dirigencia Antorchista, es claro que el Presidente trae una cruzada de ataques contra todo ese grupo de mexicanos, que seguramente irán respondiendo como un sólo hombre y un sólo ideal como dijo su líder nacional Aquiles Córdova Morán en un discurso pronunciado recientemente en Veracruz.
El clímax no político…
Este lunes se dio el «banderazo» para la construcción del aeropuerto de Santa Lucía en 2021; AMLO, se dice, estuvo rodeado de la cúpula castrense y de la maquinaria pesada de la Secretaría de la Defensa Nacional desplegada como mensaje de su inminente utilización.
También ahí estuvieron ni más ni menos que los gobernadores priistas del Estado de México, Alfredo del Mazo y el de Hidalgo, Omar Fayad, este último, por cierto, culpable de la muerte de una persona, luego de que el pasado 10 de abril, un autobús que transportaba hidalguenses que iban a protestar en Pachuca, fue interceptado por otro vehículo y provocó la volcadura donde resultaron varios heridos, ayer, uno de ellos falleció. Por el momento, querido lector, es todo.