- Docentes de escuelas pertenecientes a la Secretaría de Cultura hablan sobre los significados, retos y satisfacciones alrededor de su labor
Para maestros de distintas escuelas pertenecientes a la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la docencia es una actividad plagada de retos, satisfacciones y aprendizaje constante. Es, sobre todo, una forma de compartir y hacer contacto con otros.
Su papel resulta fundamental en uno de los propósitos trazados en el actual Programa Nacional de Cultura, el fomento al desarrollo artístico, así como la profesionalización y la investigación en el campo del arte.
Ejemplo de esto es el arquitecto Rubén Rocha Martínez, quien ha impartido clases en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) desde 1979. Actualmente es profesor de tiempo completo en la Maestría en Arquitectura de esta institución, en una especialidad que señala como fundamental en nuestro país: la rehabilitación estructural de edificios históricos.
El arquitecto Rocha recuerda entre risas sus primeras experiencias como docente, aquellas que determinaron su aproximación a la enseñanza y la relación con sus alumnos.
El maestro Antúnez recalca que la docencia es una profesión que lo motiva a estar al tanto de las teorías educativas, así como de las nuevas tecnologías alrededor de la creación musical.
“Las nuevas generaciones traen nuevas herramientas y conocimientos, están más informadas en el ámbito musical”. En este contexto, señala que “el papel del maestro se ha transformado”, pues adquiere un papel de “guía” frente a las nuevas posibilidades de crear música.
Finalmente, Fany Mustafá imparte clases de ciencias en el Centro de Educación Artística (CEDART) “Frida Kahlo” desde hace 26 años. Habla de los retos y satisfacciones de impartir clases de ciencias a jóvenes interesados en las artes. De la mano de sus alumnos, a partir de mucha prueba y error, ha descubierto que la ciencia y el arte requieren de mucha creatividad.
Hay una forma de cariño reservada para nuestros maestros que Fany conoce muy bien. La profesora señala que todos los años, cada 15 de mayo, recibe distintas muestras de cariño de alumnos y exalumnos.
En definitiva, un buen maestro deja huella en sus estudiantes. Tal vez como señalaba José Vasconcelos en su “Decálogo de la enseñanza”, “maestros son quienes se apresuran a dar sin reserva el buen consejo”. Y en el caso de los docentes que forman parte de las instituciones académicas adscritas a la Secretaría de Cultura, no es la excepción.