Miguel Ángel Casique Olivos
Mientras que por un lado el gobierno federal condona, por otro, dicen algunos medios premia a Tabasco y no pagará alrededor de 11 mil millones de pesos que se habían acumulado de deuda de luz, lo que hace recordar cómo hace 25 años el hoy presidente de México, cuando era candidato a la gubernatura de Tabasco, llamaba a que sus paisanos a que no pagaran los recibos de luz en protesta por los altos costos y el supuesto fraude elector, los beneficiados con esta condonación serán alrededor de 500 mil tabasqueños.
Para algunos o, mejor dicho, para miles o millones de mexicanos la medida no está nada mal, es más, seguramente para miles de familias, dada las situación de pobreza y miseria en la que se encuentran sumidos, ya alrededor de 100 millones de mexicanos de los 130 que hay en el país, el que «su gobierno de la 4T» les «condone» no lo verán mal; sin embargo, las preguntas saltaron en lo inmediato: ¿El gobierno de López Obrador tomará esa medida en todos los estados del país?, ¿Qué van a decir los mexicanos que sí han pagado los servicios o sus impuestos? ¿Por qué un gobierno con tantos aprietos económicos, -que ya ni siquiera le cuadran las cuentas, tienen subejercicio ya a 6 meses de gobierno-, toma esas medidas? ¿De dónde piensa sacar lo que el gobierno recauda por pagos de servicios o de impuestos?
Las respuestas por más que le busquemos no pueden ser positivas. El gobierno morenista federal toma ese tipo de medidas para tratar de evitar que los mexicanos sigan arrepintiéndose de haber votado por un gobierno que hoy, a casi medio año de gobierno, no cumple con sus promesas de campaña y, por el contrario, según casas encuestadoras como Mitofsky, que en un inicio lo puso por los cielos en las encuestas, hoy reflejan a AMLO en descenso en popularidad y la aprobación; 10 puntos fueron los que bajó, cifras que incluso ya los sondeos de la misma Presidencia de la República y éstos lo reconocieron.
Y aunque el descenso en su popularidad, según sus asesores es normal y no hay de qué preocuparse pues se debe al desgaste natural de ejercer el gobierno, lo cierto es que los problemas de inseguridad, la baja en indicadores económicos y mucho retraso en la aplicación de reformas y sobre todo en los programas asistenciales como las famosas Becas «Benito Juárez», le están trayendo a López Obrador más que un dolor de cabeza; en el tema de las becas por ejemplo se sabe que los «Siervos de la Nación» encargados de realizar los censos no han podido hacerlo ni siquiera a un 50 por ciento, dando como resultado una baja entrega de apoyos de becas.
Las acciones políticas de AMLO se están viendo rebasadas por la realidad y sus malas decisiones como máximo jefe de Estado, están empezando a preocupar al primer círculo del gobierno federal; por eso recurren a medidas como condonación de pago de Luz en algunos estados como Tabasco, acción que no podrá realizar en muchos estados del país. Por otro lado, al condonar pagos de servicios a los estados, a las arcas del gobierno federal no entrarán esos recursos y por tanto, en lugar de tener más recursos tendrá menos que le impedirán cumplir, en mayor grado, sus promesas de campaña; incluso, se comenta, que algunos de sus mismos asesores han señalado que la gente no es tonta y va a seguir exigiendo resultados y si no se da respuesta los niveles de aprobación van a seguir bajando.
El climax no político…
La educación en México sigue empeorando y es que ahora resulta que los libros de texto gratuitos se entregarán hasta el próximo ciclo escolar; según reconoció la SEP, pues la demora es evidente y no hay forma de resolverlo por ahora. La autoridad educativa federal ha dicho que tiene solamente 20 millones de libros de texto gratuitos producidos, y un total de 176 millones de libros por producir.
Y aunque el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, dijo que en tres semanas se podrán hacer 196 millones de libros, una vez que se hayan producido (De preescolar, primaria, secundaria, lenguas indígenas y telesecundaria), podrán llegar a tiempo a todas las escuelas del país; ¿En serio eso dijo? Cómo se ve que no tienen la más mínima idea de qué tanto se tarda producir un libro y menos cuánto tarda una distribución de esa cantidad de material, que está comprobado se necesita al menos un año. Por el momento, querido, es todo.