Una de cada tres muertes en el mundo son resultado de las enfermedades cardiovasculares (ECV) y, aunque pueden prevenirse con intervenciones oportunas, la realidad es que han ido en aumento a causa del descontrol de la hipertensión arterial (HTA), diabetes, obesidad, sedentarismo y estilos de vida poco saludables, entre otros factores.
Para quienes tienen alto riesgo cardiovascular, debido a la presencia de enfermedades como diabetes, HTA o condiciones que generen coágulos en la sangre, es esencial la detección oportuna y un tratamiento adecuado que evite complicaciones, discapacidad, pérdida de calidad de vida y muerte prematura, indicó la Dra. Sonia Citlalli Juárez Comboni, Gerente Médico del área Cardiometabólica de Boehringer Ingelheim México.
En su opinión, debido al deterioro y riesgo del paciente, las ECV tienen un efecto negativo en la calidad de vida, la economía de las familias, las instituciones y los gobiernos. Solo en América Latina, la carga económica de las 4 afecciones más comunes del corazón: infarto agudo de miocardio, enfermedad vascular cerebral, HTA y trombosis, superó en 2015 los 30 mil millones de dólares, siendo México uno de los países con mayor número de casos.
Informó que las enfermedades cardiovasculares afectan al 26% de la población mexicana, cuyo tratamiento tiene un costo mayor a los 6.1 mil millones de dólares, ocupando el 4% de todo el gasto en salud y, de no hacer algo para detener su impacto, en las próximas décadas serán una amenaza insostenible para el Sistema de Salud, la productividad nacional y la competitividad.
Ante ese panorama, dijo que en los últimos 5 años Boehringer Ingelheim ha trabajado con autoridades y comunidad médica para generar conciencia sobre el costo-beneficio de la prevención de las ECV, al tiempo de posicionarse como líder del sector debido a que cuenta con el portafolio más completo de medicamentos cardiometabólicos, un pipeline de moléculas innovadoras en fase de investigación y promueve el conocimiento de frontera con eventos académicos donde se discuten avances terapéuticos y buenas prácticas que ayudan a salvar vidas.
Ejemplo de ello es el ICC, Intercambio Científico Cardiometabólico, que este 2019 se realiza los días 17 y 18 de mayo en la Ciudad de México con una participación de 1,200 especialistas nacionales y extranjeros como el Prof. Bryan Williams,Presidente de Medicina y Director del Instituto Nacional para la Investigación en Salud en el Centro de Investigación Biomédica del University College London de Reino Unido, quien compartió su experiencia en el control eficaz y sostenido de la HTA, considerada el asesino silencioso porque no da síntomas hasta que daña órganos vitales como corazón, riñones o cerebro.
“Desde su origen, la iniciativa está centrada en las necesidades de los pacientes, aportando a los médicos de diferentes especialidades: generales, cardiólogos, internistas y endocrinólogos, recursos para una atención integral, humanista, personalizada y correcta”, señaló la Dra. Juárez Comboni.
Además de abordar la atención del llamado Síndrome Metabólico (conjunto de 2 o más factores que aumentan el riesgo de sufrir ECV y diabetes: obesidad, resistencia a la insulina, HTA, niveles altos de grasas y azúcar en sangre), la también endocrinóloga sostuvo que la quinta edición del ICC es especial porque su antihipertensivo de mayor experiencia clínica, con más de 50 millones de pacientes tratados[5]: telmisartán, cumple 20 años de blindar corazones al ser un antagonista de los receptores de angiotensina II que brinda cardioprotección, previene 1 de cada 5 eventos cardiovasculares y reduce en 21% el riesgo de muerte por su causa.
“Es el aliado perfecto del médico en el manejo del Síndrome Metabólico y, debido a su potente reducción en la presión arterial en combinación con amlodipino, 8 de cada 10 pacientes con hipertensión persistente llegan a cifras meta[7]”, expuso el Dr. Rodrigo Chapela Meneses, Gerente Médico de Hipertensión de Boehringer Ingelheim México. Comentó que el 40% de los casos no sabe que es hipertenso, mientras que 4 de cada 10 diagnosticados tampoco logra sus metas de control, de ahí que pueden sufrir un infarto o insuficiencia renal.
Por eso, “contar con un antihipertensivo que se administra sólo o combinado con amlodipino, en un solo comprimido, facilita la adherencia, protege el corazón durante las 24 horas del día y no requiere ajuste de dosis en quienes sufren daño renal”.
Asimismo, Dr. Fernando Lavalle González, Jefe de la Clínica de Diabetes en el Hospital Universitario de Monterrey, Nuevo León, señaló que “quienes viven con diabetes mellitus tipo 2 tienen de 2 a 4 veces más riesgo de padecer las ECV.
De ahí que es aconsejable que los médicos midan el riesgo cardiovascular de sus pacientes y, si fuera alto, ofrecerles un tratamiento que, además de mantener bajo control sus niveles de azúcar en la sangre, proteja su corazón”.
Al respecto, subrayó la relevancia de que los profesionales de la salud conozcan y tengan acceso a los nuevos antidiabéticos orales como el inhibidor de la SGLT2: empagliflozina, el cual reduce la muerte cardiovascular en adultos con diabetes.
“La llegada de estos agentes han modificado el paradigma de atención médica porque simplifican la terapia y hacen que el control sea más fácil, además de ser el único aprobado para reducir la muerte de origen cardiovascular”.
De igual modo, los expertos coincidieron en la necesidad de que la trombosis, trastorno responsable de 1 de cada 4 muertes en adultos, sea atendida de manera adecuada con anticoagulantes orales que impiden la formación de coágulos de sangre en personas con fibrilación auricular (un tipo de arritmia cardiaca), trombosis venosa profunda, embolia pulmonar o los sometidos a una cirugía ortopédica mayor (rodilla o cadera).