El gobierno federal de México no está proporcionando incentivos suficientes en cuanto a políticas fiscales para resolver la falta de recursos que la cultura del país padece este 2019, alertó Eduardo Cruz Vázquez, responsable del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el sexenio pasado, el presupuesto federal consagró al sector un promedio anual de 16 mil 663 millones de pesos y, de manera lamentable, en esta ocasión se asignaron tan sólo 12 mil 360 millones de pesos, sin que “sepamos si el mercado será capaz de absorber los faltantes para que se realicen con normalidad los festivales y ferias”.
Al presentar el libro Antología de la gestión cultural. Episodios de vida, que coordinó y editó con apoyo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, explicó que el título pretende provocar una reacción, pues “el término antología parece que sólo pertenece a los escritores y decidí recuperarlo para otros fines, y en este sentido es la primera de esta naturaleza, aunque tampoco creo que contenga lo mejor, pues al final, como todo antologador incluí a personas y colegas cercanos con los que he compartido mi vida”.
La publicación reúne 59 textos del poeta Marco Antonio Campos, del director de orquesta Eduardo Diazmuñoz, el escritor Felipe Garrido, el cronista Alfonso Hernández, las historiadoras Dolores Béistegui y Sylvia Navarrete, el embajador Luis Ortiz Monasterio y el crítico Arturo Saucedo, entre otros autores.
En la Casa Refugio Citlatépetl, donde se dieron cita varios colaboradores del texto y miembros del GRECU, el responsable del Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván de la UAM agradeció la participación de cada uno, apuntando que la intención es restablecer la memoria histórica del sector, por lo que “creo que se pueden derivar otras ediciones dedicadas ahora a artistas o a periodistas consagrados a la gestión cultural”.
El doctor Evodio Escalante Betancourt, profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, definió la publicación como una aportación necesaria que “reflexiona en torno a la promoción y difusión cultural, ya que vivimos periodos en los que los recortes presupuestales desde el gobierno federal están afectando a este sector; se trata de un libro propositivo y positivo en momentos de incertidumbre y zozobra”.
Más que una antología es un mosaico que muestra la variedad de personajes, quienes desde sus especialidades han contribuido al origen y acrecentamiento de la difusión cultural en el país, y destacó el testimonio de Arturo Saucedo, impulsor de festivales para la comunidad gay sobre música Techno, la visita del grupo Black Sabbath aún en contra de la comunidad religiosa, así como la coordinación de la exposición Los Contemporáneos en el Palacio de Bellas Artes.
Además, advirtió que “hay una catástrofe cultural en movimiento y en este sentido el libro debió ser más sensible, pero fue algo que nos negábamos a ver”, además refirió la ausencia de nombres, tales como Víctor Flores Olea, Gerardo Estrada, Gonzalo Celorio, Enrique González Pedrero, Saúl Juárez y Francisco Toledo, entre otros.
La escritora y periodista cultural Adriana Malvido refirió que el volumen ofrece “un gran abanico de definiciones de cultura y gestión cultural, de anécdotas vividas que dicen mucho más que un tratado. La historia que cuenta es una lección de cómo la promoción del sector puede ser una opción de servicio comunitario”.
“Así como decía José Vasconcelos que tanto hace por la cultura quien la crea como quien la promueve, gestiona, protege y comercializa, y yo agregaría también quien teje redes como el coordinador de este libro en trabajos colectivos, porque compartir implica el reconocimiento del otro y, al mismo tiempo, es una mano tendida, una promesa de abrazo.
“Este libro es un mapa de memoria y de semillas culturales vivas. Al final, Bárbara Martínez Moreno otorga un glosario especializado de términos que definen su profesión: burocracia, cultura, ego, mártir, perseverancia, puente, resiliencia, solidaridad y concluye con utopía, punto de partida y lugar de llegada de gestoras y gestores culturales”, subrayó.
La escritora Patricia Chavero Gómez expuso que el libro constituye un ejercicio sociodemográfico sobre los gestores culturales de la Ciudad de México, donde se demuestra que las mujeres han tenido una mayor participación, ya que “31 experiencias plasmadas aquí son de ellas y 28 de hombres, de entre 30 y 70 años de edad, cuyo grupo mayoritario está entre los 51 y 60 años de edad”.
La también egresada de la especialidad en Políticas culturales y gestión cultural de la Unidad Iztapalapa de la UAM resaltó que la investigación “va más allá de ese lugar común y comienza una tarea pendiente para este nuevo profesional, pero a la vez permite ver las labores pendientes para dar estatus de especialización a la actividad”.