El agua participa en muchas funciones importantes de nuestro cuerpo, y sabemos que hidratarnos es primordial; sin embargo, pocas veces nos hemos preguntado cómo impacta la calidad del agua en nuestra salud. Pues bien, dependiendo de su pureza, de los minerales que contenga, de su alcalinidad y de los antioxidantes contribuye a mejorar nuestra calidad de vida y nos ayuda a prevenir enfermedades.
“Somos gran parte agua. Desde el feto, somos el 90 por ciento agua y más allá de los 80 años seguimos siendo 50 por ciento agua. El agua permite el funcionamiento muscular, nervioso y cardiovascular, hidrata la piel, mejora la digestión y el sistema inmunológico, además lleva oxígeno a todas las células del cuerpo”, explica Uriel Alvarado, certificado como Health Coach (Coach de Salud Integral), por el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York.
Por ello, afirma que es importante verificar las propiedades del agua que ingerimos, tomando como base su pureza, su riqueza en minerales, su alcalinidad y su potencial óxido reductivo e hidrógeno molecular. Hacerlo nos generará beneficios a la salud, anti-envejecimiento y rendimiento físico.
El primer aspecto consiste en verificar que el agua no esté contaminada por los petroquímicos que absorbe al ser embotellada, o bien por un tóxico como por ejemplo el arsénico. El segundo es que contenga los cuatro electrolitos más importantes que son: calcio, potasio, sodio y magnesio, que ayudan a distintas funciones de nuestro cuerpo y mantienen una buena hidratación.