Ciudad de México.- El espacio que ha abierto el Presidente López Obrador para lograr la difusión de sus actividades e ideas como nunca antes había sucedido, también ha creado una dinámica totalmente diferente para comunicadores (entre ellos incluidos periodistas, youtubers e influencers, la cual, también ha servido para intentar extorsionar a funcionarios, exfuncionarios y empresas.
La lista de periodistas beneficiados con cientos de millones de pesos durante el sexenio pasado, trajo a la luz una línea de corrupción que sirvió para acrecentar la demeritada reputación del ejercicio periodístico y que a su vez le dio mayor validez a la actividad de youtubers e influences, quienes no necesariamente están formados académicamente como periodistas o comunicadores, lo cual tampoco le quita valía a su actividad.
Sin embargo, la lista fue muy limitada, y en ese vacío ha mantenido en encubierto a muchos pseudo periodistas. Entre los casos más graves está el de Carlos Pozos, conocido como Lord Molécula, quien ha usado frecuentemente los espacios que le da el Presidente para soltar nombres de funcionarios, exfuncionarios y empresas, como Javier Hinojosa Ramírez y Construcciones Tapia. Estas menciones son parte de su estrategia para extorsionarlos, “me pidió dinero para no mencionar mi nombre en la mañanera”, dijo nuestra fuente, quien aseguró tenerlo grabado y solicitó mantenerse en absoluto anonimato, ya que en breve sus abogados interpondrán la denuncia correspondiente.
Otra de nuestras fuentes asegura haber recibido constantes amenazas de parte de Carlos Pozos para publicar felicitaciones en nombre de nuestro actual Presidente cuando ganó las elecciones en 2018. La represalia era la publicación de “periodicazos” en su contra.
Lord Molécula, quien desde hace poco más de 10 años es ejecutivo de ventas, y no periodista, de Ferráez Comunicación para las revistas “Líderes Mexicanos” y “Petróleo y Energía”, es solamente la cara de toda una red de corrupción y extorsión periodística. Junto con él, está Javier Senderos, director de ventas de Petróleo y Energía, también conocido por amedrentar a las empresas del sector petrolero y usar sus relaciones con funcionarios de Petróleos Mexicanos para convencer a las empresas de anunciarse en su publicación.
De acuerdo a otra de nuestras fuentes, Carlos Pozos es un prianista infiltrado, quien presume que su amistad con el actual Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República, Jesús Ramírez Cuevas, le valió el favor del funcionario, además del acuerdo, para estar todos los días en la “mañanera”, y por ello le siguen permitiendo y soportando tantas preguntas sin sentido y el exponer nombres de personas y empresas para exhibirlos ante el Presidente. Es la única explicación ante una inexistencia estadística de Carlos Pozos de acuerdo a datos de ComScore, la cual registra la nulidad del tráfico que él genera como supuesto periodista, quien ha demostrado la falsedad de su información a partir de su irresponsable aportación sobre la vida de Víctor Trujillo.
En una retorcida relación, Ferráez Comunicación es cómplice y víctima. La empresa vio su nacimiento gracias a los favores del expresidente Carlos Salinas de Gortari, así como de empresarios ligados a él, sólo basta revisar su historia y sus listados de los “300 Líderes” en sus inicios para atar cabos. Se trata de una de las empresas de comunicación altamente beneficiadas, no sólo con publicidad, sino con dinero en efectivo no rastreable, durante los últimos cinco periodos presidenciales prianistas, incluyendo un importante número de gobiernos estatales (México -Peña Nieto-, Hidalgo -Osorio Chong-, Puebla -Moreno Valle-, CDMX -Mancera Espinosa-).
La complicidad de Ferráez Comunicación con Carlos Pozos se basa en que, desde su llegada a dicha empresa, él negocia con algunos gobiernos estatales y federales la asignación de recursos, entregados en efectivo, para la realización de publicaciones especiales “para hablar bien de dichas administraciones”, cantidades que van desde los $3 hasta los $10 millones de pesos. Con lo cual financiaron sus lujosísimas oficinas en el Pedregal, en el sur de la CDMX, así como las actividades de su revista “Latino Leaders”, comandada por Jorge Ferráez desde Dallas, Texas.
Su relación torcida se basa en las tranzas que Carlos Pozos y su compinche Javier Senderos (director comercial de “Petróleo y Energía”) hacen en contra de Raúl y Jorge Ferráez, al cobrar “por fuera” anuncios, entrevistas, artículos y publirreportajes sin enterar a sus jefes. Para picarles los ojos a los Ferráez, desde 2004 han tenido como cómplice a Susana Sánchez Gasca, actual directora administrativa de Ferráez Comunicación y, nada menos que esposa de Javier Senderos. Por esta razón, durante más de una década han podido usar a las revistas “Líderes Mexicanos” y “Petróleo y Energía”, no sólo para robarles a sus jefes, sino ahora, aprovechándose de “La Mañanera”, para extorsionar a funcionarios, exfuncionarios y empresas.
Según fuentes confidenciales, entre lo menos sucio y retorcido en Ferráez Comunicación, es la evasión de sus obligaciones patronales ante el IMSS, el Infonavit y Hacienda; así como la falta de pago a sus colaboradores externos por los últimos 2 o 3 años.