Miguel Ángel Casique Olivos
A medio año de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) arribara a la Presidencia de la República, además de los principales problemas de pobreza y miseria que sufren las 32 entidades del país y de que la inconformidad social crece diariamente, la inseguridad y violencia son otros de los grandes problemas que sufren la mitad de las entidades, entre ellas Veracruz, Michoacán, Tamaulipas y la Ciudad de México (CDMX), en esta urbe la situación se complica, especialmente cuando ahí gobierna Morena, el partido del mandatario nacional, quien prometió exterminar la delincuencia e inseguridad.
La violencia homicida en los últimos 10 años costó a México, según datos oficiales, 8.6 millones de años de vida productiva de las 233 mil 2019 personas asesinadas en ese periodo de tiempo, según el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); un promedio de 41 años se pierden por cada víctima de entre 15 y 65 años, hecho que impacta en los ingresos y la productividad. En México, los hombres ultimados tenían entre 18 y 35 años y ese mismo fenómeno ha ocurrido en víctimas del sexo femenino a partir del 2010, siendo el homicidio la causa principal de muerte entre la población joven.
Claudia Sheinbaum es la Jefa de Gobierno de una de las ciudades más grandes del mundo, con cerca de nueve millones de habitantes, y más conflictiva pues los mexicanos padecen diariamente el cáncer de la inseguridad y la violencia.
El secuestro de Norberto Ronquillo Hernández, joven de 22 años y estudiante de la Universidad del Pedregal, el martes cuatro de junio, y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida la madrugada del lunes 10 de junio en las inmediaciones de la alcaldía Xochimilco, es un referente alarmante de la violencia que prevalece en el país. Familiares y amigos organizaron protestas para exigir a las autoridades de la CDMX agilizar la búsqueda del joven y castigar a los responsables; pero esto no sucedió.
Según el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), la inseguridad y violencia han repuntado en ocho de las 16 alcaldías capitalinas; así, a diario circulan frases en la prensa: “Muere guardia de seguridad al intentar detener un robo”, “Asaltan y matan a hombre en la CDMX”, “Intentan secuestrar a mujeres en el Metro”, “Roban y huyen en motonetas”; tan grave se ha vuelto el problema que si alguien busca en Internet la frase “Inseguridad en la Ciudad de México”, encontrará de inmediato miles de notas informativas sobre historias de terror urbano. Así como imágenes y videos escalofriantes.
La capital mexicana se conocía como una urbe cultural, donde no figuraban la inseguridad y la violencia, provenientes del Estado de México y estados conurbados; pero hoy está “secuestrada” por el crimen organizado y los cárteles de la droga. Tláhuac, por ejemplo, es una de las delegaciones con más alto índice de asesinatos por ajuste de cuentas. El mismo Francisco Rivas, directivo del ONC, calificó como “un desastre” a la alcaldía de Cuauhtémoc. “La Cuauhtémoc ha sido un desastre en cuanto a seguridad. Se lleva el primer lugar nacional en los robos a transeúnte, los robos con violencia, de igual manera encontramos que una alcaldía que ha venido empeorando de manera sistemática es la Benito Juárez”.
Claudia Sheinbaum Pardo tendrá que demostrar que el puesto no le quedó grande, por ahora la prueba de fuego que no pasó fue la del secuestro y asesinato de Norberto Ronquillo. Mientras tanto, la esperanza de los capitalinos se agota, porque nueve millones de ellos viven con el Jesús en la boca.
El gobierno capitalino no ha controlado los altos índices de violencia, si a esto le sumamos que desatiende la demanda de vivienda, obra social y educación de su gente. Por el momento, querido lector, es todo.