GINEBRA, Suiza.- El cambio climático tendrá un mayor impacto entre los habitantes que viven en la pobreza, pero también amenaza la democracia y los derechos humanos, lo que podría ser un posible «apartheid climático», donde los ricos pagan para escapar del hambre y el resto sufrirá, advirtió hoy Philip Alston experto de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos.
“Nos arriesgamos a un escenario de ‘apartheid climático’, donde los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mientras que el resto del mundo tiene que sufrir» –puntualizó este martes el relator.
«Perversamente, mientras que las personas que viven en la pobreza son responsables de solo una fracción de las emisiones globales, serán las más afectadas por el cambio climático y tendrán la menor capacidad para protegerse”.
Señaló que «el cambio climático amenaza con deshacer los últimos 50 años de progreso en desarrollo, salud global y reducción de la pobreza. Además podría empujar a más de 120 millones de personas a la pobreza para el 2030 y tendrá el impacto más grave en los países pobres, las regiones y los lugares donde viven y trabajan las personas pobres».
«Incluso si se cumplen los objetivos actuales, decenas de millones se empobrecerán, lo que dará lugar a un desplazamiento y hambre generalizados», afirmó el experto y abogado australiano.
En el mejor escenario poco realista de no subir 1.5 grados centígrados de calentamiento para 2100, las temperaturas extremas estarán en muchas regiones y dejará a las poblaciones desfavorecidas con inseguridad alimentaria, ingresos perdidos y peor salud:
“Muchos tendrán que elegir entre el hambre y la migración”.
Alston comentó que el cambio climático tiene inmensas -y en gran parte descuidadas-, implicaciones para los derechos humanos. Los derechos a la vida, a la comida, a la vivienda y al agua se verán dramáticamente afectados.
Refirió que el cambio climático también impactará en la democracia: “Ya que los gobiernos luchan para hacer frente a las consecuencias y persuadir a su gente para que acepte las principales transformaciones sociales y económicas requeridas. En ese entorno, los derechos civiles y políticos serán altamente vulnerables.
«La mayoría de los organismos de derechos humanos apenas ha comenzado a lidiar con lo que el cambio climático presagia para los derechos humanos, y sigue siendo uno de los más numerosos en la lista de problemas», a pesar del tiempo extraordinariamente corto para evitar consecuencias catastróficas, consideró.
«Dado que una crisis en toda regla que amenaza los derechos humanos de un gran número de personas se ve afectada, la metodología habitual de los derechos humanos poco a poco, tema por tema es muy insuficiente».
Los países no están cumpliendo con sus compromisos actuales para reducir las emisiones de carbono y proporcionar financiamiento climático, al tiempo que continúan subsidiando a la industria de los combustibles fósiles con 5.2 billones de dólares por año.
«La prosperidad económica y la sostenibilidad ambiental son totalmente compatibles, pero requieren la separación del bienestar económico y la reducción de la pobreza de las emisiones de combustibles fósiles», puntualizó en su informe el experto de la ONU.
«Una red de seguridad social sólida será la mejor respuesta a los daños inevitables que traerá el cambio climático. Esta crisis debe ser un catalizador para que los estados cumplan con los derechos económicos y sociales ignorados y pasados por alto durante mucho tiempo, incluyendo la seguridad social y el acceso a alimentos, atención médica, vivienda y trabajo decente».
Aliston mencionó que «si el cambio climático se usa para justificar políticas favorables a los negocios y una privatización generalizada, la explotación de los recursos naturales y el calentamiento global pueden acelerarse en lugar de prevenirse».