Miguel Ángel Casique Olivos
No habían pasado ni 48 horas de que el presidente de México «festejara» el primer año de su triunfo electoral y sus primeros siete meses de gobierno, cuando ya tenía en puerta otro flanco abierto y que debía atender de inmediato; eran cientos de elementos de la Policía Federal, quienes la madrugada del miércoles 3 de julio, protestaron en las instalaciones del Centro de Mando de la PF, ubicado en la alcaldía de Iztapalapa.
La inconformidad de los elementos se debió a que están en contra de su traslado a la Guardia Nacional, pues dijeron, para ingresar le practican evaluaciones como si fueran de nuevo ingreso; pero además, tras acreditar el examen las prestaciones que tenían simplemente ya no existen, como es el bono de operatividad de 10 mil pesos, incluso algunos elementos prefieren no ir a la GN pero exigen que sean liquidados al 100%; el principal problema es que nadie les dijo o informó que si querían ser parte de esa nueva corporación.
Patricia Rosa Linda Trujillo, de la Coordinación Operativa Interinstitucional de la Guardia Nacional, fue la encargada de atenderlos, pero casi al instante de que arribó, los inconformes no la aceptaron como negociadora y eso sí, la abuchearon, además de señalarla como traidora incluso, dicen, tras empujones la funcionaria tuvo una caída.
La inconformidad duró hasta las ocho de la noche y tras el diálogo fracasado, pues se exigía la presencia de Alfonso Durazo, la inconformidad continúa. Y aunque no hay acuerdos la funcionaria aseguró que no habría despidos, algo confirmado más tarde por el presidente AMLO y que se iba a respetar la voluntad del personal, pero que querían tiempo. Sin embargo, ante eso los manifestantes llamaron a paro nacional.
López Obrador en su video difundido también comenta que detrás de eso hay mano negra, pero sin referirse a alguien en concreto; sin embargo, los artículos de la misma Ley de la Guardia Nacional, que se publicó en mayo pasado dice que: «La Secretaría (de Seguridad y Protección Ciudadana) garantizará que los elementos de la Policía Federal que sean adscritos a la Guardia Nacional, continúen gozando del sistema de seguridad social establecido en las normas y acuerdos emitidos por el Consejo Federal de Desarrollo Policial de la Policía Federal…» y que «La Secretaría celebrará con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado los convenios o acuerdos necesarios para garantizar la continuidad de las prestaciones…»; entonces, los policías tienen razón en denunciar que se están violando sus derechos, porque la misma Ley de la GB así lo señala.
La verdad es que al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, algo no le salió bien porque su peso como principal defensor de la GN no vio la necesidad y la forma de explicar las reformas que se venían haciendo y que afectaría a la PF y visto desde la inconformidad de los elementos para que no se les reduzcan sus prestaciones parece que el fondo es que no están de acuerdo en responder a un mando militar. El gabinete de AMLO y el mismo siguen dando de qué hablar por falta de operación política y porque la toma de decisiones se sigue presentando al vapor.
El clímax no político…
¿Qué pasó en el call center de Cancún, Quintana Roo, donde supuestamente hubo un secuestro masivo? El presidente mexicano negó el hecho, pero se sabe y hoy se filtran algunas notas en la prensa nacional de que en un operativo de la Marina, Fiscalía y la Policía Estatal, lograron rescatar a las 25 personas que había sido privadas de su libertad del call center en el fraccionamiento Santa Fe de esa ciudad.
Si AMLO dice que no es un secuestro masivo, ¿cómo se le puede llamar a eso? Es que alguien puede llegar a un lugar público y llevarse a 27 personas sin que pase nada. Las cosas siempre deben ser por su nombre y en esta ocasión al presidente mexicano falló. Seguramente estaba muy seguro de que las cosas no irían a mayores. Por el momento, querido lector, es todo.