- Después de 66 años del derecho al sufragio siguen presentes actitudes machistas y atropellos
El reconocimiento del sufragio femenino en México fue resultado de una larga lucha política de las mujeres frente al régimen de partido único que finalmente se dio en 1953, aunque con varios años de retraso respecto de países como Argentina, Brasil o Chile, aseveró Nidia Angélica Curiel Zarate, maestra en Historia por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“Los obstáculos de ser mujer votante entre tantos peldaños de la vida no es cosa fácil, pues los prejuicios siguen el curso histórico de la política, que tiene un halo machista y la violencia política es un atropello constante”, agregó la especialista.
Al dictar la conferencia Presencia femenina en el voto. La visibilidad del ser argumentó que a pesar de que continúan los prejuicios sobre la importancia de la participación de la población femenina en el terreno electoral, la presencia de ese sector se ha logrado consolidar y sobreponerse a las posturas machistas.
El sufragio femenino cobró importancia en lo político y electoral en el Congreso Constituyente y en reuniones feministas, incluso hubo quienes aspiraron a puestos de elección popular y en algunos estados como Chiapas y Tabasco se aprobaron sus derechos de manera temporal.
En 1916, el gobernador de Yucatán Salvador Alvarado sostenía que las mujeres que se dedicaran a la política “abandonarían la estufa, el cuidado de los niños, llevarlos al colegio, la plancha y sobre todo la atención al marido”.
En su momento el presidente Lázaro Cárdenas del Río abandonó “un poco” su postura de apoyar el derecho de las mujeres a votar, ente el temor de que su candidato Manuel Ávila Camacho perdiera la elección presidencial ante Juan Andrew Almazán por temor a que la participación de ellas inclinara la balanza en favor del candidato opositor, ilustró la investigadora.
La maestra Curiel Zarate reconoció que en este siglo la participación y presencia de la mujer ha crecido en los congresos locales y federal y que la democracia busca una representación más equitativa en la búsqueda de la igualdad.