Los dinosaurios son el grupo de animales terrestres y voladores más exitoso que ha existido en la Tierra, y después de 65 millones de años de haber desaparecido siguen excitando la imaginación humana y su estudio produce fascinación, al abrir una ventana a un mundo prehistórico olvidado en el tiempo, señaló el maestro René Hernández Rivera durante el cicloJueves en la Ciencia Niños.
En todo el mundo se han encontrado fósiles, pero México alberga tanta evidencia que ocupa el quinto lugar con mayor número de hallazgos, especialmente en estados del norte –que no tienen tanta vegetación y cuyo manejo con las rocas es más directo– como es el caso de Rincón Colorado en Coahuila, que recientemente fue declarada la primera zona paleontológica protegida del país, reveló el investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, frente a un público de niños curiosos congregado en el Centro Cultural Casa de las Bombas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La evidencia demuestra que entre los dinosaurios había cuidado parental hacia sus huevos, los cuales se han hallado en tamaños tan diversos que van desde una pelota de tenis de mesa, hasta un balón de futbol americano; se dice que el lazo era tan estrecho que algunas veces han localizado madrigueras llenas –desde ocho hasta 30– cuidados por una madre.
Los paleontólogos han descubierto especímenes enteros, rotos e incluso algunos embriones dentro del cascarón y gracias a la ciencia y por los melanosomas del cascarón se han corregido teorías sobre el color predominante, que hasta ahora indica que muchos de ellos eran de pieles muy oscuras.
Los pedazos de piel encontrados arrojan información de que tenían plumas, lo que rompe con el imaginario social que los ilustra con pieles lisas o escamosas; de hecho, no pertenecen a los reptiles ni a los mamíferos ni a otro grupo, sino que tienen su propia clasificación dentro de los vertebrados y se agrupan de acuerdo con cadera, vértebras, escápula coracoide, manos, cinturas, tibia y acetábulo.
Otra gran herramienta de investigación surge a través de las pisadas, las cuales suelen tener más aportaciones que un hueso, ya que revelan sus comportamientos, la velocidad a la que corrían, su peso y longitud, o bien si eran de dos o cuatro patas, de hecho muchos de ellos eran cuadrúpedos facultativos, es decir, que normalmente caminaban en cuatro, pero en situaciones de riesgo se ponían en dos para atemorizar.
Los dinosaurios carnívoros tenían entre 12 y 18 dientes puntiagudos y muy afilados, y en caso de perder uno crecía otro, mientras que los herbívoros tan sólo en la mandíbula inferior tenían 300 dientes en forma de baterías dentales que ayudaban a amasar la vegetación.
El nombre original de estos animales fue Dinosauria, dado por Richard Owen en 1842 y cuyo significado era “lagarto terrible”, y se cree que se extinguieron por la caída de un meteorito en Yucatán, que creó el cráter Chicxulub, el cual levantó nubes de polvo que evitaron la entrada de los rayos de sol, terminando con la vegetación y provocando primero la muerte de los dinosaurios herbívoros y luego de los carnívoros.