Por: Aquiles Córdova Morán
El 8 de agosto, el periódico digital EJECENTRAL publicó la siguiente nota:
“¡Vienen sorpresas!, ahora la organización priista Antorcha Campesina que dirige el ingeniero Aquiles Córdoba Morán está bajo la lupa; dicen los que saben que a dos de sus dirigentes ya les encontró la Unidad de Inteligencia Financiera cuentas por varios cientos de millones de pesos, ¡sí, leyó bien!, cientos de millones de pesos, o séase no es una agrupación tan proletaria como parece, sólo basta recordar que el titular de la Unidad, Santiago Nieto, ya había adelantado que tenían algunas gasolineras de su propiedad que aparentemente eran muy irregulares.”
De acuerdo con la información al alcance del público, EJECENTRAL fue fundado por el ameritado periodista Raymundo Riva Palacio, columnista incisivo, siempre bien informado y conocedor, por tanto, de los secretos del oficio. Sabe bien, pues, los requisitos que debe reunir la información para ser verdadera o, al menos, tenerse por bien fundada. Espero, por eso, que mis objeciones serán tomadas en cuenta para proceder como a su prestigio periodístico convenga.
No dudo que Antorcha y yo estemos “bajo la lupa” de Santiago Nieto. La condena prejuiciosa (es decir, previa a cualquier investigación fundada y al juicio racional) de este alto funcionario en contra de los antorchistas, la hizo pública él mismo en su libro “Sin filias ni fobias”, publicado antes de ocupar el cargo que hoy ostenta. En el capítulo que dedica a Antorcha nos llamó “un problema social” y lanzó cargos y acusaciones sin ningún respaldo ni prueba que los sustente. Y es un monstruoso atropello al derecho y al elemental sentido de justicia, denunciado como tal en cualquier país civilizado de la tierra, el que la investigación de sospechas o acusaciones en contra nuestra se ponga en manos de alguien cuyo criterio condenatorio se conoce de antemano. Es uno más de los abusos de poder, cada vez más frecuentes en el régimen de la 4ªT. Los antorchistas rechazamos desde ahora toda acusación salida de la oficina de Santiago Nieto, por considerarla fundadamente un montaje para dar viso “legal” a una condena decidida de antemano.
Esto, por supuesto, no tiene que ver con la nota de EJECENTRAL. Su responsabilidad comienza cuando, consciente de la gravedad de sus acusaciones, se escuda tras la fórmula de “dicen los que saben”. ¿Quién dice y con qué autoridad lo dice? Nosotros y la opinión pública tenemos derecho a saberlo, para estar seguros de que no es un infundio del propio medio. ¿Es una filtración de la oficina de Santiago Nieto? ¿Y qué busca ese poderoso funcionario con tales filtraciones, cuando tiene el camino libre para presentar su denuncia ante la autoridad competente? ¿Por qué se presta EJECENTRAL a divulgar una filtración sin firma del responsable?
La confianza de los mexicanos hacia la justicia de la 4ªT se deteriora aceleradamente día a día. Y una de las razones para ello es el escaso respeto al derecho y la abierta manipulación de las leyes, incluida la propia Carta Magna, a que recurre para imponer sus decisiones y acallar y “castigar” a sus críticos. Un ejemplo elocuente y actual son las impactantes declaraciones públicas de los abogados de la ex funcionaria del sexenio pasado, Lic. Rosario Robles. Con toda honradez, infunden la terrorífica sensación de que nos hallamos en total desamparo frente al oscuro peligro que nos amenaza a todos los que no contamos con la bendición de la 4ªT. Se sabe bien que filtraciones como la de EJECENTRAL, son algo calculado para el linchamiento mediático de los indiciados por la 4ªT, buscando cerrar cualquier posibilidad de que los jueces les dicten una sentencia absolutoria. Cooperar con este juego perverso es la grave responsabilidad social de los medios que se prestan a difundir calumnias sin sustento y sin autor conocido.
Tras informar que la oficina de Santiago Nieto dice haber descubierto “a dos dirigentes (de Antorcha, se entiende) cuentas por varios cientos de millones de pesos”, EJECENTRAL exclama, haciendo suyo el triunfo y la acusación: “¡sí, leyó bien! (…) o séase no es una agrupación tan proletaria como parece…”. Pues bien, tengo que decir que, con todo el peso que pueda tener el poder que tan mal está usando Santiago Nieto, y con todo el respaldo, subrayado con signos de admiración, de EJECENTRAL, tal acusación no es solo falsa, sino ¡lea usted bien, amable lector! simple y sencillamente absurda. Yo jamás me he parado en la puerta de un banco, ni siquiera para pedir limosna. Jamás, ni por asomo, ni por error, he abierto una cuenta de ahorros, por la sencilla razón de que nunca ha tenido ahorros que confiar a banco alguno. Ni dinero, ni valores, ni joyas, ni seguros, ni acciones de ninguna empresa o del gobierno. Y añado, aunque ya lo he dicho decenas de veces, que tampoco tengo propiedades inmuebles: ni departamentos de lujo (aquí o en el extranjero), ni ranchos (llámense “La Chingada” o algo parecido). ¿De dónde sacará Santiago Nieto las pruebas de las cuentas que dice haber descubierto?
Es verdad que la nota de EJECENTRAL no menciona mi nombre ni el de ningún líder antorchista. Pero varios “chairos” y Alejandro Sánchez, de “El Heraldo de México”, se han encargado de resolver la “chairada” propuesta por EJECENTRAL. Alejandro Sánchez, incluso, en su “denuncia” del 13 de agosto, compromete al propio presidente de la república al afirmar: “Antorcha Campesina era un monstruo del PRI (???) y el presidente López Obrador tiene en la mira a Aquiles Córdova Morán, líder del movimiento…” ¿Es esto cierto? ¿De ahí están saliendo las órdenes de investigarnos y las filtraciones infundadas? De ser así, el carácter de montaje, de delito prefabricado “por órdenes superiores”, de cualquier acusación salida de la oficina de Santiago Nieto, quedaría automáticamente demostrada, pues, como suele decirse, “a confesión de parte, relevo de pruebas”. Aclaro, además, que yo no he mandado a hacerme ningún corrido norteño y que, caso de que aparezca alguna porquería de esas, será una burda maniobra más para justificar la persecución en mi contra.
Vuelvo a la nota de EJECENTRAL. Aseguro, en mi calidad de dirigente, que ningún líder antorchista reconocido tiene, ni puede tener, cientos de millones de pesos en una cuenta personal. Las utilidades de nuestras pequeñas inversiones a duras penas cubren los gastos de nuestra lucha. ¿De dónde podrían ahorrar tales sumas? Y le aclaro a EJECENTRAL que no basta, como dicen ellos, que Santiago Nieto haya “adelantado” que tenemos “algunas gasolineras (…) que aparentemente eran muy irregulares”, para dar por probado que somos ladrones de combustible o líderes enriquecidos con dinero ajeno. Sí somos dueños de “algunas gasolineras”; y también, como dice Alejandro Sánchez, de hoteles, restaurantes, tiendas, centros de entretenimiento así como predios, todos a escala muy modesta pero todo levantado con el sudor y el esfuerzo del antorchismo nacional. Somos la única organización que ha construido su propio patrimonio para no depender del subsidio oficial ni sangrar a nuestros afiliados, gente toda de escasos recursos.
Lo hemos dicho siempre, sí, pero nadie nos cree. No; porque nadie es capaz de hacer eso. Y nadie lo ha hecho, salvo nosotros. En un mundo como el nuestro, de egoístas, ambiciosos y corruptos, los antorchistas resultamos tan extraños e increíbles como un marciano o como un cíclope salido de las páginas de la Odisea. Pero esa no es nuestra responsabilidad. A nosotros solo nos toca recordar a todos que jamás hemos manejado cuotas sindicales, ni dinero público alguno, y Santiago Nieto no tiene, por eso, ningún derecho para intervenir en nuestra actividad financiera, salvo motivo legalmente fundado por autoridad competente.
Las famosas partidas del ramo 23 que se mencionan como dinero “etiquetado”, es decir, entregado a los antorchistas, no pasa de ser una vulgar tontería. Era dinero “etiquetado” a las obras materiales de los pueblos y colonias que representamos, y fue ejercido siempre por el organismo encargado de realizarlas. Las obras mismas están donde deben estar, y pueden ser auditadas por quien lo desee. Los poquísimos presidentes municipales salidos de nuestras filas, son algo mucho más recientes que la mayoría de nuestras inversiones, y los recursos que administran, como lo sabe cualquiera, están sometidos a estricta vigilancia y a una comprobación anual a través de la cuenta pública. Tampoco a ellos se les puede acusar de robar para enriquecer a Antorcha.
La oficina de Santiago Nieto se extralimita en sus funciones y viola el derecho de las personas a no ser molestadas en sus bienes y posesiones sin causa debidamente justificada. Y más peligroso aún es montar una acusación poniendo como único acusador al presidente de la república, como lo hace Alejandro Sánchez con nosotros. En efecto, este señor afirma que el presidente acusa a nuestras gasolineras de llenar sus cisternas con “huachicol” porque, en uno de sus viajes de trabajo, observó (al pasar, se entiende) que en ellas había combustible, mientras que en otras escaseaba. Y eso es todo. ¿Se puede idear un argumento más endeble e insostenible? ¿Pesa más la mirada fugaz del presidente que los rígidos controles digitales de PEMEX y el SAT sobre el surtimiento y venta de combustible en cada estación de servicio?
Es absurdo y peligroso para el ciudadano en general que se formulen y sostengan acusaciones en su contra, fundadas solo en la autoridad presidencial. Eso es reducir a papel remojado la Constitución y todas las leyes que de ella se derivan. Creo que los hoy todopoderosos funcionarios morenistas no deberían olvidar que ningún poder es para siempre, y que tal vez algún día tendrán que responder por los abusos que hoy están cometiendo contra ciudadanos inermes. Que conste.