ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Sería un hallazgo inédito encontrar a un mexicano que tenga en mente o crea, con cierto grado de sinceridad y algo analizado, que el partido Morena fundado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, sea un partido verdaderamente popular y que sea representante de las masas trabajadoras o empobrecidas de nuestro país.
Y sería un hallazgo, porque lo que se ha visto de Morena, -durante su creación, durante la campaña que hizo para llevar a AMLO a la Presidencia y ahora que ya es el partido, que está detrás del mandatario nacional-, es un instituto político que jamás tuvo ni tiene una estructura para generar cuadros políticos con capacidad para que una vez que llegaran al poder existiera un gobierno eficiente y con la más mínima capacidad para elaborar un verdadero plan para gobernar como lo están requiriendo los 130 millones de mexicanos.
El siguiente defecto, derivado del ya mencionado, es que al no contar con cuadros propios, Morena se tuvo que nutrir y rodear de políticos «chapulines» de otros partidos; algo muy visto en las elecciones del año pasado cuando el partido del presidente literalmente tuvo que salir de compras para poder tener candidatos en varios municipios del país, incluso para algunas alcaldías de estados muy grandes.
Morena es un partido que se formó de las filas del PRD, pero este mismo se creó de una ala del Revolucionario Institucional; por lo tanto, algunos de los errores y defectos de aquellos partidos tenían que venir con el nuevo engendro político; hoy se ve que Morena es un partido al que no se le ven ni pies ni cabeza y que incluso, el mismo Presidente López Obrador ya no tarda en comenzar a meter mano para asegurar que le ayude en sus pretensiones políticas de mantener el poder político, una vez que el desencanto de los mexicanos se dé por completo.
Uno de los hechos más recientes, que ya es el primer asomo de una pela por ver quien se queda con la presidencia en el siguiente sexenio, se dio ayer cuando con votos de las legisladores del Partido Encuentro Social (PES), Morena decidió elegir a Mónica Fernández como la próxima presidenta del Senado, un proceso que se suma a la ya iniciada división del partido en el poder y que se vio muy mal el «choque» político entre Ricardo Monreal y Martí Batres, y que éste último al perder acusó al líder de la bancada de haberlo «apuñalado por la espalda con un proceso que calificó de inequitativo, tramposo e irregular por lo que de inmediato pidió la renuncia de Monreal de la Coordinación.
No cabe duda que aquí se aplica muy bien el dicho de que «Cuando se pelean las comadres, salen a relucir las verdades», y en Morena así está, Martí Batres ya marcó su línea y tronó con Ricardo Monreal, pero además la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Pelevnsky, respaldó a Batres y «pidió» mayor ética política al líder de la bancada, quien calificó de injustos los señalamientos y convocó a la unidad, que en Morena, nomás no se le ve por ningún lado.
Morena y AMLO no sólo traen de cabeza al país, sino que en el interior de su partido hay divisiones y pleitos que alejan aún más la posibilidad de que exista un plan bien elaborado por los mejores elementos y dirigentes de Morena (si es que los hubiera) para gobernar un país que está sumido en la miseria y la marginación social; un país que clama atención inmediata para tener y atacar la pobreza; un país que exige que se detenga la inseguridad contra los mexicanos y en especial contra los asesinatos de las mujeres; además de que los mexicanos están necesitados de un buen empleo y de obras y servicios para sus pueblos y comunidades. Morena simplemente ya no es la opción; Morena será destruido por sus propias pugnas internas; mientras tanto el presidente López Obrador tratará de rescatarlo para que sea su bastón para el 2021 y luego para el 2024.
El clímax no político…
¡Al ladrón, al ladrón…! El «famoso» Banco del Bienestar, institución de este nuevo gobierno, tendrá que operar en números rojos debido, según, a las pérdidas heredadas de un programa de crédito de Prospera orientado a mujeres en situación de pobreza, lo ha dicho la misma institución. Y es que según al cierre del primer semestre el Banco registra ya una pérdida neta de 187 millones de pesos por que no se pagaron los créditos del Programa Integral de Inclusión Financiera de Prospera, programa del gobierno de Peña Nieto mediante el cual se dieron 1.4 millones de créditos que tenían como garantía de pago los recaudos del programa Prospera.
Pero, que no Morena, como gobierno, ¿llegó para corregir los errores que tanto criticó de los sexenios anteriores?. Que no los recursos e impuestos que el mismo gobierno sigue recabando deberían estar ahí, a la mano para ser invertidos en programas sociales como prospera. El anuncio del Banco del Bienestar más bien parece una justificación para seguir argumentando que el dinero no les alcanzó y que por eso no hay apoyo verdadero a los mexicanos, y segundo porque parte de ese dinero se está guardando para «tiempos mejores» para el propio presidente y Morena; por ejemplo para las elecciones del 2021. Por el momento, querido lector, es todo.