Miguel Ángel Casique
Nicolás Guillén, en su poesía «El Mal del siglo» escribe estos versos: «Señor, Señor, ¿por qué odiarán los hombres, al que lucha, al que sueña y al que canta?, ¿Qué puede un cisne dulce guardar sino ternuras en el alma? ¡Cuán doloroso es ver que cada ensayo, para volar, provoca una pedrada, un insulto mordaz, una calumnia!… ¿Por qué será la humanidad tan mala?
Muy a tono quedan las interrogantes de estos versos en en los días que corren y que están llenos de incertidumbre política y económica, gracias un gobierno que no ha sabido elaborar y menos ejecutar un plan para poder gobernar al país; además, quedan a tono con las dos frases que se han estado difundiendo y que ya están causando malestar, inconformidad y enojo entre la población; y esto es así, porque entre las dos frases hay una distancia y un abismo muy grandes.
Las frases en cuestión son: «No me quiero morir, le pido que nos ayude señor presidente» y la otra es «No es por presumir… pero los compromisos se cumplen». La primera es del niño Erick, que sufre de leucemia linfoblástica, y que le pide al presidente que se le atienda porque no hay medicinas para curar su enfermedad, esto como consecuencia de que en los hospitales y clínicas los medicamentos no son suficientes, por el poco recurso que el gobierno de la 4T destinó y por que la austeridad republicana ha logrado que varios centros de salud sean cerrados.
Más allá del hecho, lo cierto es que como Erick hay cientos y quizá miles de mexicanos que tienen el mismo problema, no reciben atención médica y tampoco los medicamentos que con anterioridad recibían vía el programa de Seguro Popular. ¿Pero quién es López Obrador para que un ser humano como Erick, tenga que estarle, casi rogando y humillándose, para que su salud sea atendida?, ¿por qué la arrogancia de un gobernante que llegó con lema de primeros los pobres ahora es todo lo contrario? Erick dice que no quiere morir, que va a seguir luchando por la vida, un derecho que tiene todo ser humano y que debería ser cuidado y protegido por cualquier otra persona; en primer lugar el gobierno en turno.
Ni Erick ni cualquier otro ser humano tendrían que estar pidiendo o casi rogando a sus gobernantes que sean atendidos su derechos, en este caso de salud, educación, vivienda o cualquier otro; y no deberían pedirlo porque es una obligación que tiene todo gobierno, ayudar a sus gobernados y su pueblo para tener una vida digna y no verlos como objetos o seres extraños. ¿Por qué, pues, el gobierno de AMLO y Morena serán seres tan malos e insensibles? Por qué tanta insensibilidad política y agresión contra los mexicanos pobres?.
Si esto fuera todo no habría problema, pero nuestro país sigue siendo la economía número 14, los mexicanos pagan impuestos y el presupuesto que el gobierno tiene y maneja, siempre y cuando se administre bien, puede ayudar a la población mexicana; eso, por ejemplo, es lo que se hizo con Prospera y demás programas sociales, además de los recursos recursos de ayuda que se distribuían vía el Ramo 23, ahora inexistente. Las preguntas, a unos días del 1er informe de Gobierno, serán: ¿dónde están esos recursos de México; será que todo se está yendo en las becas que está distribuyendo AMLO?, ¿Es en serio que AMLO cumple lo que prometió?
Por otro lado, la segunda frase son las primeras palabras y las últimas del spot que ya se escucha por todos pero que ha sido muy criticado. El spot reza en voz del mandatario nacional: «No es por presumir… pero los compromisos se cumplen»; al escucharlo, no deja uno de pensar en las palabras demagogia, mentira, manipulación, engaño, mal gobierno y ahora, incluso, se dejan ver hasta en un torno burlesco, de mofa hacia las necesidades de la gente.
Un niño enfermo de cáncer le pide ayuda y le dice que no quiere morir y que va seguir luchando para vivir, algo que no sucedería si se le dieran sus medicamentos y atención especializada; esta petición contrasta con la visión que AMLO tiene sobre que los compromisos se cumplen y que en México ya se comienza a distribuir la riqueza.
El primer mandatario no vive la realidad, no la ve y no quiere darse cuenta de que las cosas ya están llegando al límite y puede desembocar en una crisis social de consecuencias que nadie las desea. Sobre todo vemos como la economía del país empeora y un ejemplo de ello es la rama de la construcción que ya sufrió una fuerte caída en el primer semestre, al 5.4 por ciento. Esta industria representa directamente el 7.4 por ciento del PIB, datos que cada vez que presentan analistas y economistas señalan que le será muy difícil al país, retomar y tener una economía sana, que lista para crear bienestar para los mexicanos y las más trabajadores.
AMLO y Morena no son malos, los han hecho malos; la humanidad no es mala, algunos de sus elementos se vuelven malos por culpa del egoísmo y la errónea ambición que se ha generado entre la sociedad; por eso la tarea de todos debe ser librar a AMLO y a Morena de esa maldad y de esa arrogancia política y la única forma que va quedando, al paso de los días y los meses, es que no deben seguir en el gobierno y jamás volver a encumbrarse en él.
El clímax no político…
Donde ya de plano no se sabe qué hacer es con los proyectos del Aeropuerto Internacional y con los demás «megaproyectos de la 4T»; y es que casi todos se encuentran detenidos en gran parte por la cantidad de amparos que se han presentado para su realización, tal es el caso de las obras del Aeropuerto de Santa Lucía en donde al menos existen 147 amparos que no dejan cumplir el plan ambicioso de la 4T. Por el momento querido lector, es todo.