- Arturo Rafael Pérez García dictó conferencia sobre la cinta del realizador filmada en Tlaxcala en 1986
Desde hace 33 años ha estado perdida la última película que el director Carlos Velo rodó en locaciones del estado mexicano de Tlaxcala, señaló el doctor Arturo Rafael Pérez García durante el ciclo La Metro en el Metro. Un paseo por el conocimiento, que organizan el Sistema de Transporte Colectivo-Metro y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En una conferencia, el investigador precisó que en la actualidad ninguna dependencia gubernamental da referencias sobre la citada obra cinematográfica que, de acuerdo con su investigación, contó con el apoyo financiero de la Secretaría de Gobernación, el gobierno de esa entidad y el municipio de Tlaxco.
En su trabajo Extravío. Un testimonio de la última película de Carlos Velo en Tlaxcala y sobre Tlaxcala, Pérez García explicó que el largometraje –en el que participaron vecinos de la comunidad que han dado cuenta de su existencia– narra una historia de amor entre dos actores jóvenes que ven su entorno afectado por un grupo traficante de madera de los bosques locales.
La investigación, que fue editada en febrero de 2014, resultó de una serie de indagaciones para localizar la cinta en el Archivo General de la Nación, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, los acervos estatales de Tlaxcala y la ex Secretaría de Desarrollo Social, así como entrevistas con ex funcionarios y personas cercanas a Velo.
Para el doctor en ciencias sociales y humanidades, con la desaparición de este documento fílmico “Tlaxcala se perdió de la última película del laureado cineasta, que hubiera llamado la atención de los cinéfilos y sería digna de cualquier cineteca del mundo, ya que sintetiza los temas que el director había trabajado en sus diferentes películas: tauromaquia, ecología, vida comunitaria y tradiciones, todo envuelto en una historia de amor”.
La pérdida de su último trabajo “constituye un daño sustancial para la comunidad tlaxcalteca y en particular para los municipios de Apizaco, Tlaxco y la capital, porque ya no se puede filmar de nuevo en las mismas condiciones. La desaparición de un bien cultural deja siempre un dolor en el corazón”.
Los biógrafos de Velo no reconocen esa cinta como parte de la producción de éste, la familia del cineasta no la tiene y la burocracia del cine tampoco la ubica, pues fue exhibida a un público muy reducido, pero “a lo largo de más de 30 años han surgido testigos de las diversas etapas del rodaje dispuestos a colaborar en la indagación para localizarla”.
De acuerdo con el investigador el filme fue rodado con actores profesionales y contó con la participación de gente de la comunidad y del gobierno en Apizaco, Tlaxco y Tlaxcala.
La película extraviada sintetiza la filmografía de Velo, en la que establece una preocupación por la ecología, la vida comunitaria, el mundo taurino y el anhelo de justicia, concluyó Pérez García.