ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Entre la frases del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dirigidas hacia los delincuentes de que “recapaciten, que piensen en sus familias, que piensen en sus sus mamacitas… ellos tienen que pensar en eso”; más el mensaje o frase del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, que dirigió también hacia los criminales de que «Ya basta, párenle, si se traen ganas súbanse al cerro a darse…», y decirles que saquen sus cruentos enfrentamientos de las ciudades y llévenlos «a los cerros»; entre ambas citas hay y existe algo en común.
Lo primero que coincide en ambos mensajes es que lo dicen dos funcionarios de alto nivel y que pertenecen al nuevo partido o grupo en el poder; por un lado ni más ni menos que el primer mandatario de la nación, López Obrador, que no sólo es militante sino fundador Morena; y, segundo, que Cuauhtémoc Blanco también pertenece a Morena o al menos ganó por la Coalición «Juntos Haremos Historia», donde el PT y Encuentro Social sólo se unieron para no quedarse fuera.
La segunda característica en común es que ambos mensajes son contra la violencia y la inseguridad que existe, primero en todo el territorio mexicano y a quién le corresponde atacarla, o al menos echar andar todos los mecanismos para irlas reduciendo, es el presidente actual; también en el caso de Morelos la misiva va dirigida a los grupos delincuenciales y criminales. En ambos casos se muestran políticos desesperados e ineficientes para atacar de raíz el problema.
Más allá de las coincidencias en la forma de gobernar y lo que traen en común esos discursos de los funcionarios, se deja ver una inacción, sino total, sí parcial desde sus puestos de gobierno; es decir, al no hacer y tener un plan estratégico contra la inseguridad y la violencia se ponen a generar frases y mensajes que mediáticamente son “exitosas” pero que en el fondo buscan ocultar y distraer a los mexicanos y a la población de la problemática que diariamente sufrimos todos.
El que López Obrador diga que esos delincuentes piensen en sus mamacitas para no delinquir no ayudará en nada; el que Cuauhtémoc Blanco diga que los diferencias y enfrentamientos entre grupos criminales deben salir de las ciudades y que se vayan a arreglarse a tiros al cerro, tampoco arregla nada; y no arreglan nada porque la delincuencia, generada por el narcotráfico o por los asaltantes, tienen como raíz la injusta distribución de la riqueza y la pobreza y miseria extremas que vive México.
Es cierto que no todo se justifica ahí y que un llamado a la moral de cada mexicano pudiera ayudar, pero dado que la problemática ya es profunda, también las acciones para curarlas deben ser profundas y eso implica que los gobiernos en sus tres niveles se pongan verdaderamente a trabajar para ir combatiendo la inseguridad y la violencia; y, algunas de las cosas que podrían hacer es crear empleos con un buen salario, pavimentar y electrificar avenidas y calles para evitarles condiciones a los asaltantes y delincuentes y, también, preparar y crear cuerpos policiacos eficaces y bien preparado para actuar donde sea necesario, pero con un plan bien elaborado, porque la Guarda Nacional nomás no se ve que vaya a poder realizar ese papel. La delincuencia se puede comenzar a atacar si se ataca la pobreza y si los gobiernos se ponen a trabajar en lugar de generar frases «grandilocuentes» que solo son «útiles» mediáticamente y para manipular. ¡Ya basta, párenle…, señores gobernantes!
El clímax no político…
En Puebla, sin justicia al asesinato de Manuel Hernández Pasión. Estamos a un mes exactamente, el próximo 10 de octubre, de que se cumplan dos años del artero asesinato político del antorchista y presidente municipal de Huitzilan de Serdán, Manuel Hernández Pasión. A casi dos años de ese crimen político los autores intelectuales siguen prófugos de la justicia, pero miles de hitziltecos recuerdan con profundo cariño a su líder nato quien contribuyó a que Huitzilan sea hoy un pueblo ejemplo de progreso y bienestar social, un pueblo que cuenta con escuelas, clínicas de alto nivel, unidades deportivas, casa de cultura, auditorios, donde las familias gozan de una mejor vida.
Hoy se cumple un año 11 meses de que grupos de poder político y económico, bien ubicados en Zacapoxtla y en la misma capital poblana, enviaron a asesinar a Hernández Pasión; el gobierno recién llegado de la 4T, que encabeza Miguel Barbosa Huerta, bien haría en tomar cartas en el asunto y dar seguimiento a este artero crimen contra del líder social que su único delito fue ponerse al frente de su pueblo y llevarlo por la senda del progreso y bienestar. Por el momento, querido lector, es todo.