SALTILLO, Coahuila.- Martes,
11:30 de la mañana. El 911 recibe una llamada. Llega una ambulancia. Muerte por
asfixia, dice un paramédico. En cuestión de nada, varias funerarias rodean el
domicilio. Empieza la subasta.
Y es entonces cuando la tragedia, la muerte de
una persona se convierte en una subasta, un negocio coludido entre policías y
agentes del Ministerio Público que
ofrecen al mejor postor los domicilios o ubicación de donde la muerte alcanzó a
alguien.
Informan a las funerarias para que ofrezcan sus servicios a cambio de pagos, así lo cuenta un experito con 16 años de experiencia, que accedió a hablar desde la protección del anonimato.
Además de patrullar mortuorios de nosocomios y acechar tragedias tras las ambulancias de la Cruz Roja para ofrecer sus servicios de velación, cremación y entierro, “los muerteros” son parte de una red de comunicación extraoficial con autoridades policiacas y de salud para acudir a los fallecimientos en domicilios, la mayoría, ante accidentes, asesinatos o muerte natural.
Jugosas ganancias, ‘pitazos’ a funerarias
A través de convenios informales y redes de
comunicación extraoficiales, funerarias locales reciben “pitazos” de
fallecimientos por parte de policías, paramédicos o ministerios públicos, para
luego sacar “tajada” del fructífero negocio que implica la muerte, manifestó
una fuente cercana a la red.
“Dicen que si no les dan su tajada
mensual no les avisan de los accidentes o muertos en casas y a ellos no les
conviene porque necesitan agarrar clientes, dan el aviso por WhatsApp o a las
operadoras de las funerarias”, aseguró el encargado de una funeraria con apenas
un par de capillas.
Sin embargo, son los
establecimientos fúnebres de mayor auge en la ciudad los que mantienen el mayor
número de clientes, gracias a la inmediatez con la que se enteran y acuden al
lugar de los hechos, por lo que las familias no tienen mayor opción que aceptar
su servicio.
Pocas personas contratan algún servicio de afiliación funeraria, dijo, de
manera que deben elegir algún paquete de entre 9 mil y hasta 30 mil pesos para
despedir a sus seres queridos.
Los integrantes de esta red aseguran que también
es una “necesidad o conveniencia” de las autoridades, pues la funeraria se
encarga de llevar los cuerpos hasta el Servicio Médico Forense
(Semefo), cuando no existe ningún tipo de
convenio oficial.