BARCELONA, España.- La
vida y sus casualidades. La periodista Ali Meyer, durante un programa en directo retransmitido a
través de Facebook Live para la
cadena KFOR de Oklahoma, acudió a un
hospital con el objetivo de realizar un reportaje para concienciar a todo el
mundo sobre el cáncer de mama, una
de las enfermedades más extendidas entre las mujeres, por lo que es
imprescindible realizar un control exhaustivo para prevenirlo o detectarlo a
tiempo.
Pero lo que empezó siendo un reportaje para
concienciar al público sobre esta enfermedad terminó convirtiéndose en el
trabajo más duro que Meyer ha
tenido que afrontar durante toda su carrera. Y es que para el reportaje
televisado, la periodista se sometió a una mamografía el año pasado, en
principio solo para alentar a los espectadores a someterse a chequeos
rutinarios, pero donde le comunicaron que tenía un tumor dúctil no invasivo en
su seno derecho y tenía que ser operada.
«No era un motivo de preocupación para mí, no tenía bultos ni antecedentes familiares; no había ninguna razón para pensar que mi mamografía de ese modo mi vida», aseguró en Instagram la reportera, que por entonces tenía 40 años.
Los médicos le comunicaron que se había detectado a tiempo el cáncer, aunque varios cirujanos le recomendaron una mastectomía para extirpar el seno derecho y asegurarse de que el cáncer no vlviera a aparecer, algo que la «devastó». «Aunque la cirugía fue mi elección, sentí que fue como una mutilación forzada», dijo Meyer. «Sentí como si el cáncer me estuviera robando parte de mi cuerpo».