SAO
PAULO, Brasil.- Los simpatizantes del expresidente brasileño Luiz
Inácio da Silva aguardaban el viernes con ansiedad su liberación frente a
la sede de policial de Curitiba (sur), donde el líder de la izquierda
cumple desde abril de 2018 una pena de 8 años y diez meses de cárcel.
Un abogado de Lula afirmó tras visitarlo por la
mañana que no hay motivos para demorar la liberación, después que la corte
suprema vedara el jueves el encarcelamiento de personas que no hayan agotado
todos los recursos legales disponibles.
«Esperamos que [la juez de ejecución de penas] expida de inmediato la orden de liberación, porque no hay ninguna razón para aguardar cualquier otro trámite», declaró Cristiano Zanin, tras entregar el pedido de soltura a la juez de ejecución de penas.
Frente a la Superintendencia de la Policía Federal, varias decenas de personas volvieron a corear por la mañana «¡Buen día presidente!», con la esperanza de que sea la última vez que cumplen ese ritual cotidiano.
«Esperamos que Lula salga de la sala donde está secuestrado hace 580 días, camine en medio del pueblo y venga a la vigilia, le dé un abrazo al pueblo y que nosotros podamos abrazarlo para compartir este momento especial de conquista de su libertad», dijo a la AFP Roberto Baggio, coordinador del campamento «Lula libre».