Alrededor de 70 por ciento de la investigación que se realiza en el mundo está en manos de hombres y el resto está a cargo de mujeres, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró la doctora Ana María Rosales Torres, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante el Foro Mujeres en la ciencia, convocado por esta casa de estudios, Santander Universia y México Actúa A.C., la académica del Departamento de Producción Agrícola y Animal sostuvo que a pesar del trabajo de grandes científicas a lo largo de la historia, incluida Marie Curie, persiste la inequidad en este ámbito.
América Latina contribuye sólo con 3.6 por ciento de la indagación global y Argentina y Venezuela son los únicos países de la región que registran más mujeres en este campo, lo que exige “preguntarnos por qué es así”.
Si se toma como referencia el Sistema Nacional de Investigadores, el número de científicas ha aumentado, pues de 1984 a 2018 su participación en distintas áreas pasó de 25 a 36 por ciento, en particular en las Humanidades.
Al compartir su testimonio señaló que “siempre he pensado que el tiempo que di a mi familia y a mis hijos no fue el suficiente, en aras de la labor científica y tecnológica, y llevar esta doble tarea es la mayor dificultad a la que me he enfrentado”, ya que su propósito “nunca ha sido convertirme en alguien súperpoderosa, sino empoderada para cumplir con los objetivos personales y profesionales que me planteo en la vida”.
La doctora Elsa Muñiz García, coordinadora de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco, dijo que desde el punto de vista de la cultura de género, la ciencia no es para ellas, porque en dicha perspectiva siempre se les ha ubicado del lado de la maternidad, la biología y la naturaleza, por lo que “nos falta mucho todavía por reflexionar sobre ser mujer”.
La matemática y astrónoma Hipatia, de Alejandría tuvo que luchar en su contexto por ser reconocida, mientras que la escritora y filósofa Simone de Beauvoir apoyó e incluso se dice que escribió textos que firmaba Jean Paul Sartre, pero, no obstante estas referencias, “la ciencia no es para nosotras, al menos en la cultura que vivimos”.
Adscrita al Departamento de Política y Cultura comentó que su primera formación fue en una licenciatura destinada a las mujeres: la de maestra normalista y “este punto de arranque resultó fundamental, porque me proporcionó una visión social” profesional y entender lo que la colectividad está planteando.
El ingreso a la Licenciatura en Antropología Social “fue fundamental, sobre todo porque tuve que empatar mi vida académica con la maternidad, lo cual nuevamente me permitió establecer el vínculo de lo social con lo individual”.
Más tarde los estudios sobre feminismo “me acercaron a los procesos y contradicciones por los que yo misma estaba pasando y comprender que la inequidad femenina no se da sólo con respecto de los hombres, sino entre nosotras mismas”.
Si bien hay presencia de mujeres en el ámbito científico, “mientras haya aquellas que son sometidas no podemos cantar victoria, sino hasta que todas tengamos las condiciones para podernos preparar y hay que trabajar por ello”.
En la inauguración del Foro, el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, secretario general de la UAM, propuso impulsar acciones que contribuyan a que el proceso de igualdad y equidad de género, tan necesario en la rama académica como en el resto de las ciencias sociales, se solvente desde las propias universidades y centros de investigación.
Gobiernos, instituciones, sociedad e individuos “debemos asumir un papel activo para prevenir, visibilizar, sancionar y erradicar toda forma de discriminación y violencia contra ellas”.