ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
En el 2019, primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), existieron varias crisis que logró librar y esquivar porque aún tenía la carta de la luna de miel de haber ganado la presidencia, además justificó que era un año para sentar las bases de su gobierno; cualquier acción pensada o no, de Obrador y no del gabinete, era aplaudida y «bien vista» por la ciudadanía. Hoy, el tema de la salud de los mexicanos es como arranca el año, y es su primera crisis, esto debido a la mala operación del nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
La primera crisis del año anterior ocurrió el 18 de enero, con la explosión de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo, en la que el saldo fue de 137 muertos, eso fue un eco de la «lucha» del gobierno entrante con el robo del combustible: el huachicol; la población aguantó y soportó la tragedia, perdonó la lentitud en accionar tanto del gobierno estatal de Omar Fayad como del gobierno federal para evitar la tragedia.
Las amenazas de Estados Unidos hacia México de imponer aranceles a las mercancías mexicanas fue otra de las crisis al terminar el mes de mayo, cuando Donald Trump, anunció un arancel de 5 por ciento en todos los productos que exportaba México, el cual empezaría aplicarse el 10 de junio; pero la amenaza era más allá, podría el gravamen aumentar a un 25 por ciento, mientras que en nuestro país no se viera un avance y mejora en el tema migratorio, la idea era cercar nuestra frontera para cumplir los caprichos del país vecino. También aquí AMLO logró sortear la crisis y los mexicanos optaron por que se resolviera por acuerdos gubernamentales.
Más adelante, en el mes de octubre, el operativo mal planeado y erróneo en Culiacán casi logro un baño de sangre mayor, salvo por la decisión correcta, aunque alguien no le haya gustado y AMLO haya sido muy criticado de que soltaran al hijo del Chapo Guzmán una vez que había sido preso; aunque el gobierno fue tachado de mediocre y de haber sido rebasado por el crimen, la acción evitó que en Culiacán se hubiera ocasionado una tragedia mayor.
El ataque-emboscada del 4 de noviembre en el que murieron 9 integrantes de la familia LeBarón y la decisión de darle asilo político a Evo Morales, fueron dos crisis más que el Gobierno de AMLO tuvo que sortear; en lo primero, y a tres meses de ello, sigue en la agenda del gobierno, pero sobre todo en la familia LeBarón, incluso hasta ayer se habla de la detención de dos personas involucradas con el ataque; sobre la ayuda humanitaria a Evo Morales, de origen estuvo bien, pero luego se supo que él se retiró por alguna inconformidad o presión política hacia el gobierno mexicano, sobre esto, aún queda vivo el tema pues la relación entre México y Bolivia se empezó a enfriar y aún no se retoma.
En todas estas crisis, las de más impacto, el gobierno morenista de AMLO salió librado, pero no las pudo enfrentar correctamente; algunas les tuvo que dar la vuelta manejando su discurso de que está limpiando la casa y que seguía combatiendo la corrupción de administraciones anteriores; la población, hasta ahorita, ha perdonado su poca y lenta acción ante los problemas del país y ha esperado, pacientemente.
Enero 2020 va entrando y el gobierno federal morenista tiene ya su primera crisis y, a diferencia de las del 2019, ésta si afecta directamente a la ciudadanía pues el Insabi parece que no está preparado para operar, primero porque sus reglas de operación no están claras y segundo porque no cuentan con el personal y con medicamentos suficientes. Según datos oficiales brindados ayer por Juan Antonio Ferrer, titular del Insabi, hay un déficit de 103 mil médicos, 70 mil especialistas y 250 mil enfermeras en todo el país; además, hay 300 clínicas y hospitales abandonadas.
Ferrer trata de echarle la culpa a las administraciones anteriores, parece que no le informaron que fue el mismo gobierno de López Obrador en los primeros meses del 2019 quien retiró recursos de las clínicas y hospitales, y que dejó de pagar a especialistas y médicos; y él mismo dejó de suministrar, porque ya no realizó las compras, los medicamentos que recibían los mexicanos con el anterior Seguro Popular.
Conforme avanzan los días del gobierno de AMLO la población y los mexicanos esperan que se corrija el rumbo del país en todos los sectores porque la ciudadanía ya no está muy paciente y menos está de acuerdo esperar más y más. AMLO prometió una mejor atención con el Insabi y antes desapareció el Seguro Popular que ayuda a millones de mexicanos. Hoy si alguien necesita una cama, con el Insabi tendrá que pagar diariamente 387 pesos en lugar de 87 que se cobraba antes; hoy una consulta, que antes era gratuita, puede costar entre 400 y 500 pesos. ¿Un gobierno de la Cuarta Transformación o un gobierno de Transformación de Cuarta? Usted, lector, tiene la palabra.
El clímax no político…
Y por si con la crisis en el tema de salud no fuera suficiente hoy se sabe que el subejercicio en obra pública pegó al sector constructor y esto es así porque en el 2019 quedó pendiente de ejercerse 65 por ciento del presupuesto federal para obra pública arrastrándolo a su peor nivel desde el 2001.
De acuerdo a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) al cierre del 2019 el sector registró una caída de 6.9 por ciento respecto al 2018, la segunda más pronunciada desde el 2001. Se perdieron 152,000 empleos y tuvieron que cerrar algunas empresas, principalmente por el subejercicio de 65 por ciento en obra pública. ¡Cuidado!, porque hoy, por todos lados la canoa hace agua. Por el momento, querido lector, es todo.