El 13 de enero se celebra el Día mundial de la lucha contra la depresión y en este contexto compartimos la entrevista realizada a las terapeutas Alejandra de la Paz y Ana Delgadillo estudiantes del Doctorado en Psicoanálisis de la Universidad Intercontinental (UIC) quienes junto con la Dra. Daniela Flores Mosri, investigadora y académica de la UIC, han realizado una investigación sobre Depresión infantil y los efectos psicoterapéuticos del PLAY system. Ambas son también egresadas de la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica de esta universidad.
Este trabajo se presentó en Bruselas, Bélgica, durante el XX Congreso de la Sociedad Internacional de Neuropsicoanálisis en 2019. Los resultados reportados ante un caso de depresión infantil, dejan optimismo en las investigadoras de este proyecto.
Datos de contexto
Actualmente el 4% de la población mundial sufre depresión, es decir, se calcula que afecta a más de 300 mil personas en el mundo, según la OMS (2019).
Quienes más padecen la depresión son mujeres, jóvenes y ancianos.
De acuerdo al Boletín Epidemiológico del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) perteneciente a la Secretaría de Salud [1], en México, la depresión en 2019 se incrementó un 8.2% y los estados con mayor número de personas en esta condición son CDMX, Chihuahua, Jalisco, Edomex y Veracruz (en ese orden).
Según la Encuesta Nacional de los Hogares 2017 de INEGI, el 32.5% de los integrantes del hogar de 12 años y más se ha sentido deprimido; de ellos, el 66.9% se siente deprimido algunas vece al año; el 11.5% mensualmente; el 11.7% cada semana y el 9.9 por ciento, diario.
¿A qué atribuyen el aumento de la depresión en niños en los últimos años, o sucede que antes también era una realidad pero no se detectaba o diagnosticaba como tal?
La depresión infantil podría estar aumentando debido a los cambios en la estructura familiar que se han experimentado en México en los últimos años. En algunos casos, los abuelos quedan a cargo de los niños y en muchas ocasiones se trata de personas en periodo de adultez mayor que presentan enfermedades o simplemente un vínculo diferente al que pueden establecer los padres con los hijos. El cuidado por parte de terceros en distintas instituciones, puede volverse también en algunos casos, impersonal y poco cálido.
Adicionalmente, se encuentra presión en algunas personas por cumplir un rol familiar o social que hace pensar que tener hijos es una tarea obligatoria en la vida. Existen casos en los que los padres no estaban listos para las responsabilidades implicadas, o bien, que no estaban convencidos de querer tener hijos. Lo anterior puede contribuir a un desarrollo en los niños sin el apropiado acompañamiento emocional, lo cual puede dejarles en necesidad de un acercamiento afectivo con los padres. Los hijos con déficits afectivos tendrán menos herramientas para afrontar situaciones de reto a la autoestima, incluyendo la necesidad de socializar, de enfrentar el fracaso y la frustración, así como la elaboración de duelos ante pérdidas. De tal forma, si el contexto laboral, individual y de pareja de los padres no es apropiado, éstos pudieran no tener suficiente disposición para pasar tiempo con sus hijos. La vida profesional suele agotar a los miembros de la pareja parental, dejándoles poco disponibles para realizar diversas actividades con sus hijos, incluyendo el juego.