Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entregó este día a México el Certificado de Registro Binacional (México/España) del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
En una ceremonia oficial que se llevó a cabo en la Secretaría de Relaciones Exteriores, el documento fue recibido por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, y por el canciller, Marcelo Ebrard Casaubon.
Audrey Azoulay, quien realiza su primera gira de trabajo en el país, cedió la palabra a Ernesto Ottone Ramírez. El subdirector general de Cultura de esta organización recordó el intenso trabajo llevado a cabo el pasado 11 de diciembre, en Bogotá, Colombia, durante la 14ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, para lograr la inscripción de la talavera en la Lista Representativa.
Ese esfuerzo —dijo—, está en concordancia con el impulso dado en últimos años a candidaturas multinacionales, “no solo porque nos interesa que los pueblos se unan, sino porque esa diversidad entre continentes enriquece la diversidad de lo que la UNESCO representa y el mandato que tiene.”
“Debemos comprender que el patrimonio inmaterial es un patrimonio vivo, y los artesanos que hoy nos acompañan representan la salvaguardia de esa herencia que los Estados están comprometidos a sostener mediante políticas públicas y, sobre todo, porque nos permite soñar con la continuidad de este saber. Esperemos que cada vez que se presenten elementos tan fundamentales de las culturas de las naciones y de los Estados miembro de la UNESCO, pueda ser con este sentido de identidad, de respeto, pero también con visión de futuro”.
El compromiso que implica la inscripción de la talavera en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, fue retomado por la secretaria de Cultura del Gobierno México, Alejandra Frausto, quien instó a implementar planes de salvaguardia que garanticen la sostenibilidad de todo el proceso —desde la fabricación y la dotación a los talleres de los recursos necesarios para su funcionamiento, hasta su comercialización—, en beneficio de los portadores de esta tradición.
La secretaria hizo hincapié en la anexión del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) a la Secretaría de Cultura, acción que da su lugar a las artesanías mexicanas como manifestaciones sofisticadas y excelsas, y no como productos de la marginalidad: “Todas las técnicas artesanales son técnicas artísticas y en cada una de estas expresiones está volcado el corazón de sus hacedores”.
El caso de la talavera de Puebla y Tlaxcala es ejemplo de lo anterior, se trata de expresiones que son herencia directa de aquella “Talavera de la Reina”, la cual llegó a través del Galeón de Manila en tiempos de la Colonia.
“Desde época prehispánica, México es un país moldeado en barro, así empezó un diálogo a través de la tierra, el agua y el fuego, que entró en plena concordancia con la tradición alfarera venida de España, de modo que el manejo de la talavera se dio forma muy natural y es lo que hoy se está reconociendo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, sostuvo Frausto Guerrero.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, señaló las raíces profundas que unen a España y México, e hizo un reconocimiento a los artesanos de talavera “quienes han defendido esta tradición y también han aportado nuevos elementos para que sobreviva en un mundo moderno. No solo es conservar, sino ver cómo hacemos frente a los nuevos retos, a los cambios tecnológicos y sociales”.
En el acto protocolario se contó con la presencia de Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE; de Juan López-Dóriga, embajador del Reino de España en México; y de los artesanos Virgilio Pérez García y Jacqueline España.
“Hoy nos toca representar a cientos de generaciones que han mantenida viva la talavera. Gracias a quienes recolectan el barro, lo amasan, lo limpian, moldean, a quienes preparan el esmalte y los colores naturales, quienes transfieren las caprichosas formas sobre la superficie, quienes les dan color y hornean las piezas, así como a quienes lo presumen en el mundo y hacen un esfuerzo para mantener sus estándares de calidad.
“Este reconocimiento nos inspira a seguir dando lo mejor de nosotros, porque la talavera es más que una artesanía, la talavera es identidad, pasión, armonía y belleza”, expresó Virgilio Pérez a nombre de los artesanos.
Esta declaratoria es una oportunidad para proteger prácticas vivas, expresiones y procesos de producción y, principalmente, los saberes tradicionales relacionados con la talavera, así como para erradicar las apropiaciones indebidas y el desvirtuamiento de estos conocimientos.