Por: Ricardo Alberto Calleja
|No hay gobierno que se interese por iniciar un plan de rescate de las zonas forestales de Hidalgo. Tan solo en Acaxochitlán, no hay día que no haya tala ilegal de la zona boscosa de este municipio de la región Otomí-Tepehua. Los habitantes del lugar, encabezados por Filiberta Nevado, defensora del bosque de la comunidad de Zacacuatla, prevén que, en poco tiempo, los bosques queden solamente en fotografías.
De acuerdo al Programa Estatal Forestal, la superficie forestal en Hidalgo es de 817, 600 hectáreas, de las cuelas el 56 por ciento es bosque. Según el documento, cada año se ven afectadas 10 mil hectáreas y solo el 50 por ciento son reforestadas.
A lo anterior, se suma que, como consecuencia del poco interés de las autoridades para detener la tala ilegal, han surgido grupos que han hecho un negocio de alta rentabilidad. No es poco, según el informe Justicia para los Bosques, del Banco Mundial, la tala ilegal genera ganancias que va desde los 10,000 hasta los 15,000 millones de dólares a nivel global.
El problema es aún mayor. “hemos perdido la selva baja y la selva media que tenía 119 mil hectáreas, hemos perdido el 85 por ciento”, dijo en entrevista con la periodista Bertha Alfaro, Marco Antonio Moreno Gaytán, presidente de la Sociedad Ecologista Hidalguense.
Por el momento, las cosas no pintan nada bien en Hidalgo con las actuales políticas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo, donde su secretario, Benjamín Rico, parece estar más preocupado por competir en las próximas elecciones en la entidad. Hace unos meses, la dependencia fue acusada, en la columna “Todo por su nombre” del periodista Jorge Martínez, de “haber aceptado abrir 22 nuevos frentes en siete municipios” de la Sierra hidalguense para que la Minera Autlán pudiera extraer manganeso en 7 mil nuevas hectáreas, según el oficio SGPA/DGIRA/DG/ 07650 de la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental de la Semarnat.