El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, elevó a niveles escalofriantes el tono de sus medidas contra la pandemia de coronavirus.
En un mensaje dirigido a los ciudadanos ordenó al ejército y la policía disparar contra quienes violen el aislamiento en casa.
«No dudaré. Mis órdenes son para la policía y el ejército, así como para los funcionarios de la aldea, si hay algún problema u ocasiones en las que haya violencia y sus vidas estén en peligro, acábenlos a tiros», afirmó en un aviso transmitido por radio y televisión.
El anuncio lo hizo el miércoles 1 de abril horas después que pobladores de un barrio de Manila salieron a las calles para protestar contra la falta de suministros, acusando que no habían recibido ningún paquete de alimentos desde que inició el bloqueo callejero hace 2 semanas.
El gobierno rechazó la protesta y arrestó a 20 personas que se negaron regresar a casa.
«No dudaré en que mis soldados te disparen», amenazó Duterte en aquel mensaje. «No dudaré en ordenarle a la policía que te arreste y te detenga. Ahora, si estás detenido, te lo dejaré a ti para que encuentres comida», aseveró el presidente filipino.
Estas medidas no desencajan con el estilo de gobierno autoritario que ha conservado Rodrigo Duterte, a quien internacionalmente se le ha acusado de amparar ejecuciones extrajudiciales de presuntos criminales, sobre todo los relacionados con tráfico de sustancias ilícitas.
Actualmente Filipinas presenta 2,633 casos confirmados de coronavirus causante de COVID-19 y 107 enfermos han perdido la vida, de acuerdo con datos de la OMS.
Gobiernos autoritarios como los de Filipinas están logrando contener con mayor eficacia la pandemia de coronavirus debido a sus duras medidas que exigen a sus ciudadanos sacrificar libertades a cambio de la salud pública.