La ciudad estadounidense de El Paso y la mexicana Ciudad Juárez, separadas por un muro aunque hermanadas desde hace décadas, parecen ahora más lejanas por la crisis del coronavirus. La pandemia ha dificultado el cruce de un lado a otro y ha llenado a la gente de temor.
Tras un acuerdo entre los gobiernos de México y Estados Unidos el pasado 20 de marzo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) limitó el cruce fronterizo a razones de fuerza mayor para residentes y ciudadanos estadounidenses.
También prohibió la entrada a ciudadanos mexicanos, aún si cuentan con la tarjeta de cruce fronterizo, con el fin de reducir la expansión del coronavirus.
A raíz de esta decisión, ha reducido el comercio y han disminuido los viajes esenciales en los cruces de toda la frontera entre México y Estados Unidos, considerada la más utilizada del mundo y con un comercio de un millón de dólares por minuto.
El acuerdo también provocó un temor de traspasar la frontera para los paseños, ya que no están seguros si “la causa” de su visita a México será una razón válida para los agentes de migración.