Es preocupante la situación de vulnerabilidad de 113 de millones de personas en el mundo que, desde antes de la pandemia de COVID-19, ya sufrían de inseguridad alimentaria, aseguró hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en su inglés),
La mayor parte de esta población se encuentra en las zonas rurales, por lo que dependen de la agricultura, la pesca y la ganadería; en caso de caer enfermos y también debido a la cuarentena que se ha impuesto en muchos lugares, se ven limitados en la posibilidad de mantener la economía familiar.
El director de la división de resiliencia y emergencia de la FAO, Dominique Burgeon, señaló en un comunicado oficial que la actual crisis se parece a la que se vivió en 2014 debido al brote de ébola que se presentó en la región.
En esa época, dijo Burgeon, la movilidad también se tuvo que restringir y ocasionó una posterior crisis alimentaria debido a la reducción en la producción de alimentos y en la baja demanda.
El especialista llamó a aprender de los errores y la experiencia del pasado y señaló que si bien, es necesario tomar en cuenta la cuestión de la salud pública, no se puede descuidar el tema de la economía, la producción alimentaria y el acceso a los bienes básicos.
Además, llamó la atención sobre la posibilidad de protestas e inconformidades sociales si la población no tiene asegurada la existencia.
Burgeon llamó a considerar también la crisis por la plaga de langosta que afecta países de África Oriental, que además se acerca a Medio Oriente muy rápidamente.
Entre los países más vulnerables, se encuentran Etiopía, Kenia y Somalia en donde ya había 12 millones de persona en inseguridad alimentaria, aún antes de la pandemia.
La FAO reiteró que preparan una donación de 110 millones de dólares para apoyar a las naciones más vulnerables. Con ese presupuesto planean apoyar con semillas, herramientas, alimentos para el ganado, además de kits de jardinería doméstica.