Académicos y expertos en seguridad y economía advirtieron que el Presidente Andrés Manuel López Obrador está actuando de manera autoritaria y en algunos casos de forma «hiperpresidencialista», para imponer sus proyectos por encima de otros Poderes.
Esta actuación presidencial, alertaron, está fortaleciendo al crimen organizado, viola derechos humanos, agudiza la pobreza, militariza las políticas, provoca despidos, el cierre de empresas, asoma una economía catastrófica y una decepción de los ciudadanos que votaron por el tabasqueño
En el Ciclo de Mesas de Análisis «Violencia, Seguridad y Derechos Humanos ante el Covid-19 en México», durante la tercera mesa por videoconferencia, con el eje temático «Gobernabilidad en México ante la crisis sanitaria por el Covid-19», los ponentes llamaron al equilibrio de Poderes, a trabajar desde las organizaciones sociales para evitar violaciones a los derechos humanos y aquellas amenazas gubernamentales que atenten contra la convivencia y la gobernabilidad.
«Andrés Manuel López Obrador tenía todo para que la gobernabilidad no fuese un problema como lo fue con los Presidentes anteriores, digo esto porque llegó con una gran legitimidad, porque nadie cuestionó su triunfo, en las dos Cámaras (…), tiene ahí la mesa puesta, tiene además un partido que no acaba de cuajar pero que ha tenido la disciplina para pasar todas las iniciativas que ha querido el Presidente.
«Un sector que se esperaba que pudiera confrontar las políticas de López Obrador o lo ha hecho muy tibiamente, o lo ha hecho tras bambalinas, optaron por esta estrategia de no confrontar al Presidente, pienso en la época de Luis Echeverría y por menos de lo que ha hecho López Obrador, hubo una rebelión del empresariado mexicano y empezaron a participar activamente en política y ahora no la hemos visto», opinó María Amparo Casar, presidenta ejecutiva de Mexicanos Contra la Corrupción.
Para la politóloga López Obrador ha generado polos de descontento que hablan de un proceso de ingobernabilidad en el aspecto social y político.
«López Obrador también la tenía fácil pues enfrenta una Oposición totalmente desarticulada, fragmentada y sin una capacidad de unirse para poder enfrentar algunas de las iniciativas del Poder Ejecutivo, para él era fácil incluir estas minorías en el Congreso y optó por excluirlas y polarizar la discusión con ellos.
«En los gobernadores, donde menos posicionado está el Presidente también decidió agarrarlos como adversarios, entonces tanto política como socialmente su actitud de confrontación ha provocado que mucha de la gente que votó por él ya no votaría, más el segmento de jóvenes (…) este proyecto en el que se ha embarcado va acompañado de un total desprecio en el Estado de Derecho y la división de Poderes y por un afán de mayor concentración de poder», añadió María Amparo Casar.
En su reflexión López Obrador trata de volver a los tiempos del ‘hiperpresidencialismo’, visto en los sexenios priistas en décadas pasadas.
«Lo hace desde una posición de mucho poder político, tenemos pocos contrapesos».
Para María Elena Morera, presidenta de la asociación Causa en Común, López Obrador apostó a las críticas del pasado con miras a una «purificación política».
«Es muy clara la intención de debilitar nuestro sistema de contrapesos en favor de un proyecto que es unipersonal y por tanto autoritario, y este debilitamiento del Gobierno y del estado se suman a una gravísima crisis económica, resultado de decisiones que ya se habían colocado en una recesión y ahora con la crisis sanitaria se forma muchísimo más grave», advirtió Morera.
La activista alertó que en el rubro de la seguridad el crimen organizado lejos de guardarse en su casa sale a cometer homicidios y repartir despensas.
«(El crimen organizado) se burla del Gobierno, de las instituciones y de todos nosotros y esto sólo podría suceder porque en este Gobierno se han enviado señales inequívocas de que el Gobierno no se ha interesado en fortalecer a nuestras instituciones de seguridad y en cambio sí manda un claro mensaje de interés en tener una imagen de inmovilidad e incluso en algunas ocasiones de consideraciones hacia el crimen organizado», añadió Morera.
Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, indicó que tras ser diagnosticada la actual administración como presidencialista o ‘hiperpresidencialista’, México tiene un trabajo histórico que limita al Poder Ejecutivo, no sólo el Congreso de la Unión, la Suprema Coste de Justicia y órganos constitucionales autónomos.
«De alguna manera logramos un equilibrio de poderes en donde el Ejecutivo era un actor muy importante pero un actor entre otros, yo lo que espero es que la coyuntura actual de esta crisis y que las tendencias que se han visto en la personalidad y en la forma de gobernar del Presidente no redunden en un ‘hiperpresidencialismo’ de nuevo», estableció el académico.
Gonzalo Hernández Licona, director de la Red de Pobreza Multidimensional y ex Secretario Ejecutivo del Coneval, consideró que las políticas reacias de López Obrador traerán consigo más desigualdad y una catástrofe económica, al grado que la sociedad se las va a arreglar como pueda.
«Qué pasa, que ante el coronavirus el Presidente no cambia de estrategia, no quiere, no sabe, no lo va a hacer, su solución a la desigualdad, al crecimiento y a la corrupción es el mismo de siempre, salvar la economía no es vía las las empresas, el crecimiento es con el petróleo y energía y en la corrupción no dar a la gente muchos recursos porque seguro habrá corrupción.
«Es decir, el Presidente popular, que gana en buena parte por un desprecio de los partidos, que creaba cierta esperanza en la población, ha tenido un conjunto de herramientas bastante malas para la población, seguramente con las desigualdad, con un desastre económico mayor», auguró Hernández.
Por último, Jorge Suárez Vélez, economista y analista financiero, consideró que existe una renuencia en el Poder Ejecutivo en hacer cambios estructurales para potencializar el crecimiento económico.
«Va a ser muy difícil que México pueda recuperarse en medio de un entorno donde va a ver más proteccionismo (…) la inversión privada no alcanza para el crecimiento que necesitaríamos, se está pronosticando que México podría sufrir la peor caída desde 1932, el gran problema es que por ahí se puede engrosar la pobreza y este será un tema brutal».