Po: Ricardo Alberto Calleja
|El pasado lunes 20 de abril “iniciaron” clases virtuales más de 900 mil alumnos de Hidalgo, como parte de las actividades didácticas del programa Mi Escuela en Casa de la estrategia del gobierno del estado ante la contingencia sanitaria. Dicen, que dicha actividad busca que los infantes, adolescentes y jóvenes continúen con su proceso de aprendizaje en el marco de la Jornada Nacional de Sana Distancia, ¿es posible alcanzar este objetivo?
Según la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), la estrategia busca ayudar a 659 mil estudiantes de educación básica, además de los 148 mil 361 alumnos de educación media superior y 115 mil 714 de educación superior. La intención, sin duda, en estos tiempos difíciles, es buena, sin embargo, no es posible. Resulta que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ¡solo el 30% de los hogares tienen internet!, lo que significa que solo 3 de cada 10 hidalguenses podrían tener acceso a las clases de la SEPH. Además, según el INEGI, en la entidad hay 779 mil viviendas de las cuales 528 mil (67%) no tienen computadora. Desafortunadamente, en Hidalgo, la gente tendría que decidir entre tener dinero para comer o tener recursos para contratar un servicio de internet o adquirir una computadora.
No son solo palabras y simples deducciones. De acuerdo con el Informe de Evolución de la pobreza de 2008 a 2018 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Hidalgo, el 43.8% de la población se encuentra en pobreza, es decir, 1 millón 311 mil 100 hidalguenses, mientras que 181 mil 500 están en pobreza extrema. Además, el 38.9%, 1 millón 162 mil 100 hidalguenses, son vulnerables por carencias sociales, sin dejar de mencionar que 679 mil 800 ciudadanos tienen carencias en el acceso a la alimentación. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre de 2019, el dato más reciente disponible, la población ocupada en la entidad se calculó en 1 millón 282 mil 987 personas, de ellas, el 75 por ciento estaban en la informalidad laboral, es decir, 962 mil 240 personas.
Como se puede ver. La pandemia por el coronavirus, ha evidenciado las grandes brechas que hay en la entidad, tanto de seguridad social, como en el ámbito digital.
¿Y el exhorto al gobernador?
Quiero, en este espacio, hablar también sobre el “exhorto enérgico” de Ricardo Cortés Alcalá, director de Promoción de la Salud, a la población de hidalguense, a quedarse en casa, luego de que la entidad se encuentra en la lista de los que menos acatan la indicación del aislamiento social para prevenir contagios del coronavirus. Pero sin duda es difícil para un estado con números como los que mencioné arriba; no significa que los hidalguenses no quieran hacer caso, pero, ¿Cómo pueden cumplir una indicación de esa magnitud si no tienen garantizada la alimentación, cuando miles de trabajadores se desempeñan en la informalidad? El exhorto tendría que hacerse de manera enérgica también, al gobernador Omar Fayad Meneses, para que implemente un Programa Alimentario para, al menos, los 679 mil 800 hidalguenses que tienen carencias en la alimentación, porque resulta que, dice el mandatario estatal, “se entregarán 30 mil dotaciones alimenticias (o despensas) a los trabajadores sin seguridad social (hay 962 mil 240 sin seguridad social) y que hayan perdido su empleo”. Eso es lo que contempla el gobierno para el sector más afectado por la pandemia. Por ahora, con esas 30 mil dotaciones (suponiendo que sí ve vayan a entregar, porque el burocratismo al que orillan a la gente, es gigantesco) el oficialismo solo revela el grado de insensibilidad con el que se trata al pueblo.