El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presiona para pintar su muro fronterizo de negro, un cambio en el diseño que podría costar al menos 500 millones de dólares, según el Washington Post.
La determinación de Trump para pintar de negro los barrotes de metal lleva varios años presente. Comandantes militares y funcionarios fronterizos consideran que la pintura negra es innecesaria, costosa, y una carga de mantenimiento a largo plazo, por lo que la dejaron fuera de los lineamientos del diseño originales. Creían, hasta el otoño pasado, que finalmente habían convencido al presidente.
Los costos de la pintura van desde 500 millones de dólares para dos capas de pintura acrílica. Pero se elevan hasta más de 3 mil millones de dólares para un “recubrimiento en polvo” de los barrotes de acero de 30 pies, reportó el WP.
Trump no abandona la idea, insiste en que el color oscuro mejorará su aspecto de prohibición y dejará el acero demasiado caliente como para tocarlo durante los meses de verano. Durante una reunión en la Casa Blanca para hablar sobre el muro en la frontera sur, el presidente pidió a uno de sus asesores, Jared Kusher, buscar estimaciones de costos de la pintura.
El presidente “quiere pintar la cerca. Estamos modificando los contratos para agregarlo”, dijo un funcionario de la Casa Blanca para el WP.
Donald Trump ordenó a sus asistentes buscar aportes de Fisher Sand y Gravel, una empresa en Dakota del Norte que favorece al presidente. Fisher tiene un contrato por 400 millones de dólares para construir una parte del muro en Arizona, una adjudicación que está siendo revisada por el inspector general del Departamento de Defensa.