Personal del Hospital General de Zona 27, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró que el área destinada a resguardar los cuerpos de personas fallecidas por Covid-19 está saturada, por lo que se están dejando en pasillos o en bodegas sin calefacción, situación que advirtieron, podría generar contagios.
Las razones: el incremento de muertos en la semana más crítica de la pandemia y las dificultades que tienen familiares para contratar los servicios funerarios.
Aunque el hospital aún presentaba ayer disponibilidad de camas, ésta ya era limitada, de acuerdo con información oficial.
Una fuente, que prefirió omitir su nombre, consideró que los cuerpos sobre los pasillos representan un riesgo, pues se trata de áreas comunes por las que puede caminar personal sin equipo de protección adecuado para estar en contacto con personas que dieron positivo al virus.
Apuntó que existe inconformidad de parte de médicos y trabajadores, debido a que la reconversión hospitalaria de este hospital no contempló un espacio idóneo para resguardar a quienes murieran por el virus.
«El tema es que no tienen dónde resguardar los cuerpos. No están en refrigeración o en un lugar adecuado. Los meten en una bodega y los amontonan. Es un foco de infección para los trabajadores», planteó.
Contó que el número de muertes en este centro ubicado en Tlatelolco, de la Alcaldía de Cuauhtémoc, es variable.
El Hospital General de Zona 27, del IMSS, comenzó a funcionar como centro de atención para paciente con Covid-19 la semana del 6 de abril.
Desde entonces, el mínimo de muertes por día había sido de tres, pero el número de decesos ha ido incrementando y se han llegado a tener hasta 14 fallecimientos en 24 horas.
Como ejemplo, el viernes 17 de abril se registraron 14 defunciones, de las cuales, 9 tenían diagnóstico de Covid-19 confirmado y el resto eran sospechosos.
En mayo, indicó, el promedio diario de decesos ha sido de cinco, aunque a mediados de la semana pasada tuvieron nueve. Actualmente tienen alrededor de 20 cuerpos esperando en la bodega y pasillos. El número de pacientes internos actualmente es de 90.
«Es fuertísimo estar aquí adentro, ves gente caer todos los días. Junto con lo que anuncian de contagios, vienen las muertes y ya estamos saturados.
«Nos reclaman todo el tiempo los familiares y no ven que nosotros también sufrimos al ver que alguien deja de respirar, al ver que todos los días se nos muere alguien a pesar de todo lo que hacemos con lo que tenemos», explicó otra fuente del mismo hospital.
Señaló que los cadáveres se colocan en camillas y deben conservarlos hasta que empleados de la morgue dispongan sobre ellos o familiares consigan un servicio funerario, pero indicó que hasta una semana han conservado los cuerpos, debido a que algunos no pueden pagar por llevarse a su familiar fallecido.
Especificó que el área destinada a dejar los cuerpos y los pasillos donde se acumulan están cerca de las regaderas y baños de los trabajadores, lo que consideró, incrementa los riesgos de contagio.
«Para sacar un cuerpo del fondo del área de Patología tienes que sacar a todos estos cuerpos al pasillo, donde es el único paso para llegar a las regaderas y baños de los trabajadores. Ya están obligados a pasar por aquí, exponiéndose a riesgo de contagio, ya que no está sanitizada la zona», explicó la fuente consultada.
‘No están abandonados’
Las áreas de Patología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en La Raza, quedaron rebasadas en la primera semana de mayo.Enfermeros, trabajadores de Patología y conductores de carrozas de diferentes funerarias coincidieron en que se registran decenas de muertos por día.En este lugar confluyen el Hospital General 01, así como los hospitales de Infectología y de Especialidades, y es por mucho uno de los centros de mayor demanda de la Ciudad de México.Las áreas de Patología de los hospitales, que de acuerdo con los testimonios, cuentan con una capacidad de hasta 30 cuerpos, resultaron rebasadas por el pico de fallecimientos.»Los muertos están en los pasillos (de Patología), decenas», comentó un empleado del IMSS, «los de Trabajo Social no se dan abasto con los certificados de defunción».
De acuerdo con personal del hospital y trabajadores de las funerarias, que hacen fila para recoger cadáveres, la acumulación de cadáveres en La Raza también obedece a que los familiares tardan en recoger los cuerpos.»Dicen que se tardan en encontrar la forma de cremar o sepultar, y el cuerpo tarda aquí hasta dos días, a veces más», explicó un enfermero.Empleados de funerarias reconocieron las complicaciones que están teniendo las familias.
«La gente no tiene dinero, buscan lo más barato, los hornos públicos están saturados y por lo mismo están haciendo negocio, cobran hasta 6 mil por cremación, cuando deberían cobrar 2 mil. Los particulares cobran hasta 12 mil pesos, es un problema encontrar lugar en los hornos y ahora hay que buscar panteones, eso tarda», indicó un chófer de la funeraria Funeza». Los servicios no se hacen el mismo día, si consigo lugar en un crematorio será un día después o hasta dos días, para el caso del panteón podría tener de un día para otro en el San Lorenzo Tezonco o el San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, o el de San Isidro, en Azcapotzalco», advirtió el trabajador de Funeza.
Un trabajador administrativo de este conjunto del IMSS explicó que los cuerpos no están «abandonados».
«Existen días de saturación, pero los cuerpos no es que estén ahí abandonados, como se va desocupando Patología se van acomodando los cuerpos; todo el personal toma precauciones para evitar contagios y la verdad es que tardan mucho las decisiones de los familiares sobre el manejo de cadáveres, el destino final de éstos y, mientras, aquí los tenemos», dijo un empleado del área de Trabajo Social, sin dar cifras sobre el número de cuerpos. Aparte, añadió una enfermera, los médicos están determinando como causa de muerte «posible Covid-19″, los que fallecen en su estancia en este nosocomio.» A todos les ponen eso, sin hacer pruebas, hay familiares que se encabronan y hasta les mientan la madre (a los médicos) y quieren golpearlos. Es algo muy feo lo que está viviendo la gente, porque no creen que hayan muerto por el virus, por los gastos, por el drama, el dolor de no ver a su familiar ya fallecido», comentó la enfermera.