La comunidad gay en Costa Rica esperó 18 meses para que el calendario marcara el 26 de mayo, fecha en la que la Corte Constitucional decretó que borraría un artículo del Código de Familia que impide el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Ese mismo tiempo tuvo la Asamblea Legislativa del país centroamericano para implementar las reformas legales necesarias, y ajustarlas a lo que había dictado una opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) en enero de hace dos años.
La advertencia de los magistrados era clara: si al cumplirse esos meses no se modificaba la legislación, el inciso 6 del numeral 14 del Código de Familia desaparecería y quedaría habilitado automáticamente el matrimonio igualitario.
Por ello, Costa Rica vivió este martes una jornada histórica en la lucha por los derechos humanos, pues se convirtió en el primer país centroamericano que legaliza el matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
Varias parejas incluso se prepararon desde el lunes para ser las primeras en casarse, al caer la medianoche, ante notarios y jueces en eventos que en su mayoría fueron privados y con pocas personas, pues las restricciones por el coronavirus impidieron lo contrario.
Algunas organizaciones, sin embargo, transmitieron bodas en línea para que la gente pudiera unirse a la celebración.
En un mensaje a través de redes sociales, el presidente Carlos Alvarado dijo que el nuevo régimen dará a las parejas del mimo sexo los mismos beneficios de cualquier matrimonio.
“Este país les reconoce los derechos que siempre merecieron y les devuelve un poco de la libertad que les fue limitada”, afirmó.