ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
|Los escenarios que van dejando los terribles efectos de la pandemia del coronavirus y los que se viven día con día, también van descubriendo el camino que llevan los comportamientos de los funcionarios, en especial de las dos figuras principales: Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell.
Toda esta semana la información transcurrió con dos temas centrales, volver a la «nueva normalidad» el 1º de junio y que el Presidente mexicano retomará sus giras por los estados del sureste del país. Mientras tanto, los datos sobre muertes y contagios de Covid-19 son más que escalofriantes, cerca de 10 mil muertos y cerca de 100 mil contagios.
La crisis sanitaria es tan fuerte que, por todos lados y entre la gente que nos rodea, se van haciendo más comunes los comentarios de tristeza, dolor y, hasta cierto punto, de impotencia y resignación de que ya cada uno de nosotros tiene conocimiento de un conocido o familiar que ha sido afectado por Covid-19; la «vox populi» confirma que los datos que a diario brinda López-Gatell son una falacia total.
Forbes, por ejemplo, hoy denunció que «México iniciará `nueva normalidad´ con semáforo rojo o en riesgo máximo» y que en 31 de 32 entidades los indicadores están en rojo y sólo Zacatecas está en color naranja; además, publica una frase del sub secretario de Salud donde acepta que «La epidemia no ha concluido y que tienen que completarse varios ciclos de transmisión en varios puntos del país».
Pero llama la atención la frase del funcionario al referirse a que «No debe nadie confundirse de que se está en descenso, porque no es el caso». Y sí no es el caso, entonces, ¿por qué se está llamando a la normalidad o por qué el señor presidente, más allá de poner el mal ejemplo, quiere irse a las giras al sureste del país?
Las respuestas son claras a toda luz. El gobierno federal sólo tiene una salida para tratar de evitar que la inconformidad social crezca; por un lado la de las familias que ya no tienen dinero para comer, y aunque se sigan viendo amenazadas por los contagios, el gobierno las ha orillado a trabajar. Aquí se junta la inacción y negativa totales de AMLO para implementar un programa nacional de ayuda alimenticia para seguir manteniendo la cuarentena y garantizar la salud de la población.
Por otro lado, como el Presidente tampoco rescató las medianas y pequeñas empresas, ahora está obligado a colaborar con ellas e impulsar el regreso de los trabajadores a laborar, de igual manera, arriesgándolos a los contagios porque no hay condiciones adecuadas y suficientes para ese retorno; por eso se explica cómo de 32 entidades sólo una esté medio preparada para regresar a la supuesta «normalidad».
A parte de esto, hay otro aspecto que aunque no está oculto, casi no se menciona para explicar a la población esa «urgentísima» vesania de Andrés Manuel para volver a sus giras. La razón no es extraña ni requiere tanto para comprenderla. Él sabe que los escenarios electorales del 2021 no son lejanos; y sabe también, y esa es su preocupación, que si no tiene contacto con la gente y la sigue «engañando y manipulando» con sus discursos de receta de cocina, más la pésima forma en que se está atacando la pandemia en el país, llegará al 2021 en desventaja total; incluso, ni siquiera logrará que unos 10 millones de mexicanos voten por él, por sus candidatos o por su partido.
López Obrador aunque salga a sus giras en lo próximos días no podrá tener en el 2021 la misma cantidad de votos que el 2018; la población tienen coraje y está dolida, porque si antes de la pandemia su miseria y pobreza ya le llegaban al cuello, hoy tiene que soportar ver enfermo a su familiar y sin posibilidades de curarlo; hoy tiene que aguantar ver a sus hijos con muy poco y ya casi nada de alimento para llevarse a la boca.
Crisis sanitaria, crisis alimentaria y una crisis económica que no se va a terminar en varios años es lo que nos está dejando este gobierno de transformación de cuarta. Hoy, muy «ad hoc» a este mes vale la pena recordar este refrán popular que si no se aplicó en julio de 2018, aún estamos a tiempo de que se aplique para julio del próximo año: «Líbreme Dios de un rayo, de un burro en el mes de mayo y de un pendejo a caballo.» Por el momento, querido lector, es todo.