Opinión invitada: Por Adrián Pablo.
En días pasados, el politólogo, asesor del Senado de la República y partidario del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), lanzó una serie de mensajes a través de la red social Twitter, donde acusaba al gobierno de Chimalhuacán, encabezado por el antorchista, Jesús Tolentino Román Bojórquez, de “gastar dinero público” (alrededor de 200 mil pesos, según el morenista), en una campaña de desprestigio en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La indignación principal de Mendieta, se basa en decir que dicho recurso (erogado supuestamente por el gobierno antorchista) debería usarse en apoyos sociales que ayuden a la población, y que si no se apoyaba a los habitantes del municipio “no es culpa de López Obrador”. Estas declaraciones, planteadas aquí, sin los insultos y difamaciones características de los mensajes de los partidarios de la 4T, fueron contestadas, en un par de horas, por el gobierno de Chimalhuacán.
Y claro que no se trata de ninguna afrenta o acto de represión en contra del politólogo español, solamente hablamos del pleno derecho que tiene cualquier gobierno de nuestro país, de defender el bienestar de su población y de justificar (si se está haciendo bien), las medidas aplicadas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. En síntesis, no lo juzgamos, como normalmente lo hace la derecha política de nuestro país, por su lugar de origen u orientación sexual, se trata del pleno uso de nuestro derecho como organización social y ciudadanos en un país democrático.
Una vez planteado esto, es mi deber destacar las declaraciones del gobierno de Chimalhuacán, que aclara, de entrada, que ese recurso no vino de las arcas municipales, ni mucho menos de programas sociales implementados por el gobierno federal, ¿o ya se le olvidó al señor Mendieta que el presidente abolió los “intermediarios”, los “moches” y el famoso ramo 23?. Todo esto se puede comprobar con cuentas en la mano, la administración antorchista ha dedicado cada centavo disponible, a obras y programas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes, a pesar de ser el ayuntamiento que recibe el menor presupuesto per cápita de los 125 municipios del Estado de México, teniendo una población superior a los 800 mil habitantes.
La prueba está en que sólo durante la contingencia provocada por el Covid-19, se ha invertido más de 60 millones de pesos en brindar apoyo a los sectores más vulnerables, con la entrega de más de 330 mil despensas, 60 mil kits de limpieza y la compra de más de mil pruebas para detectar esta enfermedad. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para paliar la grave situación en la que se encuentra la población, ya que el ayuntamiento, por su misma calidad de entidad dependiente de un gobierno estatal y federal, no es capaz de enfrentar la situación con sus propios recursos, necesita, necesariamente, del apoyo de órganos con mayor capacidad monetaria.
Esto no es invento nuestro, ni de nuestros compañeros chimalhuacanos; ya que esto se puede encontrar documentado en la prensa e informes de los gobiernos estatales y federales, además todo esto ha sido denunciado y difundido públicamente por el gobierno encabezado por Jesús Tolentino Román Bojórquez, un luchador social pulcro, honesto y recto, que ha dado toda su vida por mejorar la calidad de vida de los más desprotegidos de nuestro país; características que el pueblo chimalhuacano conoce, y que han motivado a apoyarlo electoralmente en más de una ocasión. Y para nada representa la imagen de “cacique que se ha enriquecido del pueblo” que quiere promover Abraham Mendieta, sin una sola prueba.
Sin embargo, a pesar de la insistencia del pueblo chimalhuacano y de todo el país, poco o nada se ha hecho por ayudar a los más necesitados con mejores condiciones en los centros de salud o apoyos alimentarios a los millones de mexicanos que se han quedado sin empleo durante de la cuarentena. Mismos que han motivado a la población a manifestar de otras maneras su descontento (sin llegar a la vía violenta), como lo son las redes sociales, la colocación de trapos blancos en comunidades desprotegidas, o, el uso de pintas y vinilonas con consignas como la encontrada por el señor Mendieta.
El pueblo está cansado, está hambriento, está enfermo, y ya no encuentra la manera de cómo hacérselo llegar al presidente. Estas consignas son promovidas por las más de 90 organizaciones que conforman el “Proyecto Nuevo Chimalhuacán”, y que por más de 20 años han velado por los intereses de sus conciudadanos. Ellos, con los recursos, pocos o muchos, apoyaron la campaña ahora referida. Sin embargo, hasta ahora, hasta que se le exige y se exhibe de una manera más certera y pública, los partidarios de la 4ª T ponen sus ojos en el municipio, y ni siquiera se inmutan o preocupan por la demanda planteada, lo único que le importa a Abraham Mendieta y los morenistas, es la imagen del presidente.
¿Y es acaso que López Obrador no tiene culpa de que la población no tenga apoyos? ¿acaso el pueblo no tiene derecho de exigir soluciones al gobernante que ellos mismos eligieron? Esto es lo que no se atreven a responder. El pueblo debe hacerse escuchar por los medios que le sean posibles, y si espectaculares o pintas son necesarios para que la 4taT voltee verlos, Chimalhuacán hará lo necesario para hacerlo posible, porque queda demostrado que sólo así personas como Abraham Mendieta recuerdan que existe la pobreza y el atraso en el país.
Si Abraham y Morena quieren que se acaben estas protestas; que se acabe la lucha del Nuevo Chimalhuacán y del Movimiento Antorchista, tienen que encargarse de combatir la violencia, la hambruna y la pobreza que atormentan al país. Si esto pasa, no nos entrometeremos en el proyecto de país del presidente López Obrador. Mientras, seguiremos enarbolando, con las manos limpias y la frente en alto las demandas del pueblo y como se refiere, veremos en 2021, quién tiene la razón y quién tiene a México de su lado. Veremos quién se va.