ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
|En medio, según cifras oficiales del gobierno estatal y federal, de 9 mil 337 casos positivos y un total de 861 muertes por Covid-19 en Oaxaca, (aunque con datos más reales habría al menos 74 mil infectados y unos 7 mil muertos de acuerdo al dato más cercano calculado con el programa «Centinela» ya olvidado por el gobierno federal), el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el gobernador oaxaqueño, Alejandro Murat, se placean por el estado sin ninguna preocupación de fondo para atender los problemas de la población.
Como ejemplo de la crisis sanitaria en el estado es muy vigente el caso de Juchitán, en la zona del Istmo, que en días recientes fue foco mediático por el número tan alto y alarmante de muertes que hay en ese territorio; fuentes muy confiables y muchas de ellas directamente de la población, aseguraron a este espacio que por día hay entre 9 y 10 fallecimientos.
Es este un contexto de adversidad para miles de oaxaqueños afectados por el coronavirus, por la pobreza, miseria, y también con la esperanza de que algún día les llegue el apoyo estatal o federal prometido para reconstruir sus casas que fueron dañadas en el sismo del 2017. En este ambiente sombrío y desolador el presidente morenista López Obrador está en una gira de tres días.
Pero, ¿por qué vuelve, vuelve y vuelve AMLO a Oaxaca? Y ¿cuál es el interés que tiene esta nueva salida a esa zona del país? Las respuestas pueden ser muchas; pero algunas son muy claras para el pueblo de Oaxaca y también para el resto de los mexicanos medianamente informados y que saben, por experiencia, que las giras presidenciales tienen objetivos claros y precisos y no son precisamente para atacar la pobreza y la miseria, que de acuerdo a las instituciones que se encargan de medirlas, de una población de alrededor de 4 millones de habitantes en Oaxaca, el 66.75 por ciento, es decir unos 2 millones 662 mil 748 personas, se encuentran en situación de pobreza y el 28,33 por ciento en situación de pobreza extrema.
Esta es la visita número 12 de Obrador; es decir, estaríamos hablando que en promedio visita cada 2 meses a Oaxaca, tal pareciera que es su entidad «favorita y preferida» y que está «muy atento» de lo que suceda por esos rumbos sureños del país. Sin embargo, este nuevo recorrido obedece a razones políticas que están muy relacionada con los procesos electorales del 2021.
Dejando a un lado los beneficios que puedan llevar las obras carreteras y de caminos que AMLO revisa o inaugura, lo más criticable es que no tiene en su agenda ni en su mente lo que sucede con la población juchiteca que está muriendo por el Covid-19 y que está causando la pérdida de cientos de vidas humanas; la atención y prioridad, vía hospitales y clínicas, también está muy lejos de ser atendida por el gobierno federal o estatal, es más se sabe que muchas clínicas permanecen completamente cerradas.
Oaxaca está en alerta máxima de contagios como lo demuestra el semáforo rojo en que se encuentra y a pesar de las recientes medidas que Alejandro Murat echó a andar, supuestamente para evitar más fallecimientos, no hay más acciones efectivas para contrarrestar los contagios y las muertes; eso sí, al más joven priista de la dinastía muratista, se le ve muy contento placeándose con el presidente mexicano.
Las visitas de AMLO no son casuales, Oaxaca es una de las zonas más pobres del país, donde 7 de cada 10 padecen este mal; y, precisamente por este grado de marginación, AMLO quiere seguir estando en le mente de los oaxaqueños y seguir usando su lema ya muy indefendible de «Primero los Pobres». La gira número doce de AMLO no tiene otra intención, que no sea más engaños y más manipulación para que la gente vuelva a votar a su favor en las próximas contiendas electorales.
Mientras se aparenta una gira de trabajo para revisar avances en la construcción de carreteras y de caminos, cientos de oaxaqueños mueren por no tener acceso a las clínicas y hospitales, o porque ya no tiene alimento y menos un empleo para tener dinero y adquirir comida para sus familias. De esto AMLO no dice ni dirá nada en sus discursos de estos días; pero los pobres, los pueblos y las colonias deben informarse y en el 2021 no votar por Morena ni por gobiernos antidemocráticos; y, de paso, si Alejandro Murat tampoco los ayuda o gobierna bien, pues ni por él debe votar la población.
Por cierto, entre ayer y hoy, en el estado se han realizado ya más de 5 protestas contra Obrador, la más difundida fue la que llegó hasta el hotel donde se hospedó; ahí, un grupo de comerciantes de la Central de Abastos, que fueron afectados por el incendio del 27 del mes de mayo, le pidió apoyos, la respuesta del mandatario fue ignorarlos. Por el momento, querido lector, es todo.