Por Luis Fernando Soto
| “Miguel Barbosa es un corrupto. Se hizo millonario con Enrique Peña Nieto al votar a favor de casi todas las reformas del ‘Pacto contra México’ y compró la casa del expresidente Miguel de la Madrid y otras. Aquí su foto con Lozoya, a quien dice no conocer. Son cuates”.
Es el mensaje lanzado en la cuenta de Twitter del aspirante a la presidencia nacional de Morena, Alejandro Rojas Díaz Durán, el pasado 15 de julio, después de la extradición del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, acusado de recibir sobornos por 10 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht.
Desde entonces, Lozoya involucró al líder de los senadores del PRD en 2013, Miguel Barbosa Huerta, en la entrega y recepción de otros sobornos, destinados a obtener el voto favorable de los partidos representados en el Congreso de la Unión para las llamadas Reformas Estructurales propuestas por el ex presidente Enrique Peña Nieto, entre ellas la Energética, Educativa y Fiscal, por mencionar las más destacadas de un total de 11.
Hace un mes, el ahora gobernador de Puebla respondió lo siguiente a la primera filtración de las declaraciones de Emilio Lozoya a la Fiscalía General de la República:
“En un viaje internacional en Reino Unido, hubo un contacto entre Emilio Lozoya y yo, donde me dijo que estaba resuelto el tema de mi hermano y el otro asunto; dice Emilio Lozoya que yo tuve un comportamiento de no saber qué me estaba planteando y entonces él podía suponer que probablemente habían usado mi nombre y yo no supiera qué había ocurrido”.
Así lo dijo Miguel Barbosa en una videoconferencia transmitida por el Gobierno de Puebla el mismo 15 de julio pasado, aseveración que, para muchos, es una aceptación tácita de los encuentros y conversaciones que sostuvo con Emilio Lozoya durante las negociaciones del llamado Pacto por México.
Hoy, tras la aparición de nuevas declaraciones de Emilio Lozoya en un reportaje de Imagen Noticias -que otra vez incluye a Miguel Barbosa entre siete legisladores que recibieron 80 millones de pesos a cambio de aprobar la Reforma Energética-, el gobernador de Puebla repitió que nunca habló con el ex director de Pemex, “ni por vía telefónica ni de manera personal” y adelantó que “no habrá recibos, no habrá grabaciones” de los presuntos sobornos que recibió como presidente de la bancada del PRD en el Senado, entre 2013 y 2014.
Desde Puebla, la lectura sobre el escándalo mediático nacional que retoma a Miguel Barbosa como uno de sus protagonistas, es practicamente la misma: El mandatario poblano es incómodo para Andrés Manuel López Obrador y el partido Morena, debido a los malos resultados de su gobierno, calificado como la peor administración estatal del país por distintas encuestadoras, lo que significa un grave obstáculo para ganar la entidad en las elecciones del 2021.
Sin embargo, en su conferencia mañanera de este martes 18 de agosto, Miguel Barbosa fue visiblemente apapachado por los medios de comunicación locales, cuyos representantes evitaron cuestionamientos que lo incomodaran, en una visible estrategia de compra de silencio mediáctico, ya ejercida por sus antecesores Rafael Moreno Valle y Mario Marín, con resultados bastante desfavorables.
Puebla sigue siendo aquel lugar donde “no pasa nada”, mientras se reprime y persigue a quienes critican y señalan los excesos, desatinos y mala conducción del gobierno, en un claro seguimiento de la política morenovallista, marinista… Pero con graves toques de torpeza e incongruencia, que solamente abonan a la impopularidad de Barbosa, Morena y de paso del mismísimo López Obrador.