ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
|Por si alguien esperaba una reacción contraria del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), debió sentarse y esperar; porque tras la publicación del video que circuló ayer donde su hermano Pío López se le ve recibiendo dinero de David León, el mandatario nacional lo caracterizó como «un reacción normal y legítima de quienes están viendo afectados sus intereses.»
Pero eso no fue todo, dijo también que sus adversarios buscan equipar los casos de Emilio Lozoya o García Luna con el de su hermano, pero que «hay notables diferencias» (sic y recio), en el monto comparó los 2 millones de pesos con los 200 millones de dólares; y segundo, -que refleja cómo piensa verdaderamente el mandatario con respecto a los que consideran sus adversarios-, aseguró que lo que se ve en el video cuando su hermano recibe dinero, «son aportaciones» para fortalecer al movimiento y que lo otro, los exhibidos un día antes en el video que habló de tres expresidentes, son extorsiones y corrupción.
Y aunque también dijo que si un familiar suyo comete un delito debe de ser juzgado y que la denuncia debe presentarse ante la FGR; lo cierto es que, amigo lector, como antes él ya marcó su postura con respecto a sus adversarios y a sus familiares, en este caso hacia su hermano Pío, aunque se presentara la denuncia correspondiente la «justicia» ya iría cargada hacia un lado.
Hoy más que nunca se observa la forma de pensar del presidente mexicano. Con sus adversarios o grupos de oposición va con todo y los llama corruptos, extorsionadores, conservadores y algunos los ha llevado a la cárcel como es el caso de Rosario Robles; otros, por la vía de la presión hacia Lozoya, los está queriendo poner en el banquillo de los acusados.
También hemos visto cómo ha ido quitando de su camino a varios de sus colaboradores que han mostrado ser buenos políticos, pero que por no «cuadrarse» y alinearse con él, simplemente los ha tenido que quitar de varias dependencias federales. Y qué decir con los ataques a periodistas o comunicólogos, simplemente «La Mañanera» se ha vuelto un espacio de donde dispara a diestra y siniestra.
Todos, adversarios, oposición o todo aquel político o ciudadano que ose cuestionar la política de la 4T, él lo ve como su enemigo y le echa todas las “maldiciones” que puede y usa las instituciones políticas para reprimir políticamente desde la silla presidencial; pero más allá de eso, AMLO y Morena, tienen pavor y temor de perder el poder político, que creen, les corresponde por algún designio divino, porque parece que, ahora sí, el presidente ya se creyó mucho de ser el «mesías».
La doble tasa que AMLO, Morena y la 4T usan, una para sus muy cercanos colaboradores y más aún si son sus familiares, y la otra contra todos los que cree son sus enemigos políticos, un número ya muy cerca de los 130 millones de mexicanos, en nada le ayudan al presidente y sí lo hunden más. AMLO y Morena tienen temor y miedo de perder en el 2021; por esa razón buscan con cualquier recurso, incluida la persecución política y si fuera necesario hasta el encarcelamiento, hacer creer a la población que el gobierno en turno es duro y sigue atacando la corrupción y que es digno de aplausos y reconocimientos.
Sin embargo, tanto AMLO como Morena saben que esto es un volado al aire porque la mayoría de los mexicanos que votó por él se han desencantado, y no están muy seguros para el 2021. Hay sondeos y opiniones que aseguran que los 30 millones que apoyaron a López Obrador se han estado esfumando y se podrían convertir en 10 millones o un número menor; por eso para AMLO es de inaplazable relevancia cambiar de conversación todos los días y la gente no se dé cuenta que el actual gobierno está llevando a México a más pobreza y miseria y que cuando se vienen crisis, como la del Covid-19, no hace nada para evitar miles de muertes, que por cierto, entre hoy y mañana, la cifra llegará a los 60 mil, la catástrofe que Gatell pensó, nunca llegaría. Por lo pronto, el presidente, al no ver la realidad, está como el tío Lolo… Por el momento, querido lector, es todo.