Por Ricardo Alberto Calleja
|Solo Antorcha ha defendido y luchado para que se le haga justicia a la población que, ahora por la pandemia, se quedó sin empleo y también sin un seguro del desempleo, solo por mencionar uno de tantos problemas; el gobierno de López Obrador y Morena dejó en el abandono a los mexicanos. También hemos dicho que las esperanzas en la Cuarta Transformación se han esfumado y que la demagogia del presidente es rechazada por los mexicanos que a diario sufren las consecuencias de su mal gobierno; hay decepción entre los que votaron Morena. Y esto, claramente, no le ha gustado a más de un político que al primer pretexto, envían a sus plumíferos con la directriz de atacar al Movimiento Antorchista, como un “columnista” (además de Editor General) de MILENIO, un tal Eduardo González, autor de la columna Intelecto Opuesto. El pasado 18 de agosto de 2020, publicó su columna titulada “Se apaga la Antorcha”, motivada por una declaración del titular de Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), donde se “informaba” (¡sin pruebas!) que se habían bloqueado cuentas bancarias de la organización. En nuestra defensa, el Diputado Federal Antorchista, Brasil Acosta Peña, ha informado que Barbosa y Morena hacen uso faccioso de la ley y de las instancias federales, pues la UIF realizó esa acción sin previo aviso y sin presentar ni una sola prueba. Esta noticia no tardó mucho para que personas como Eduardo González salieran a vociferar en contra de nuestra organización, creyendo que ahora sí estábamos derrotados, que ahora sí acabarían con nosotros, algo con lo que han de estar soñando desde hace mucho.
En su columna, Eduardo dice lo siguiente: “Antorcha Campesina está en crisis como muchas organizaciones que sirvieron al poder político por décadas en México” (sic) Hasta aquí la muestra ejemplar de la elocuencia del destacadísimo calumnista. No es la primera vez que Eduardo González no escribe motu proprio, sería una sorpresa que así fuera. Todo lo contrario, es claro que a los que se creen dueños del estado y quienes lo han gobernado y sumido en la pobreza, quieren hacer de la noticia de la UIF, un show mediático para seguir intentando descalificar al Movimiento Antorchista. Dice el señor que Antorcha está en crisis y que durante décadas sirvió al poder político, que es una de las organizaciones políticas que más ha usado a los pobres. Primero: dije líneas arriba que desde que López Obrador llegó al gobierno, Antorcha ha sido la única organización que se ha mantenido firme y que le ha dicho al mismo presidente que gobierna mal y hoy más que nunca estamos informando a la población que AMLO y la Cuarta Transformación son una farsa y que debemos seguir luchando por la defensa de los derechos elementales de todo mexicano. Segundo: señor Eduardo, el que parece que ha servido al “poder político” es otro y si no, mire un espejo, revise lo que escribe y le diré a quién defiende y a quien ofende, porque al decir que Antorcha usa a los pobres, está insultando a miles de hidalguenses organizados en Antorcha. Siempre hemos luchado y encabezado las demandas de los pobres ante cualquier gobierno, sea del color que sea porque, nosotros, afortunadamente, tenemos independencia política, ideológica y económica a mucha honra, algo de lo que dudo que usted pueda presumir.
Veamos un poco más de la muestra de “profesionalismo” de Eduardo: “En Hidalgo, la organización vive momentos de desesperación desde que llegó Omar Fayad al gobierno […]” (¡sic!) Yo creo que eso ha de querer él y varios políticos de Hidalgo que durante años han gobernado y han dejado en la pobreza y el abandono a los hidalguenses. Continúa: “[…] pues se acabaron las prebendas y los pliegos petitorios a destajo donde se incluían supuestas gestiones para municipios en pobreza y nadie se enteraba como se ejercían dichos recursos.” (¡Doble sic!) La verdad es que si a Eduardo no le preocupa que los hidalguenses vivan mal, menos le va a inquietar si en sus textos se ve como un ignorante, pero confío en que eso pase porque así se lo ordenan. Los antorchistas siempre hemos dicho que nosotros no manejamos ningún recurso para la realización de obra pública, nosotros somos los gestores, somos quienes, a través de intensas luchas justas ¡y nobles! solicitamos a los gobiernos que realicen obras de infraestructura básica para las colonias y comunidades marginadas y como nosotros no somos gobierno, son las instancias gubernamentales las que deben ejecutar todo porque es su responsabilidad, para eso se les paga y no me ocupo de este dicho para intentar hacer entrar en razón al señor (porque no se logra mucho cuando uno intenta por la vía de la razón y la verdad, mientras otros le llegan por la vía limosnera), lo hago porque la opinión pública debe saber que todos los que dicen que Antorcha ha manejado recursos mienten y todos los antorchistas también lo saben y son coscientes también que parte de nuestro trabajo consiste en vigilar que los funcionarios (que han de ser muy conocidos de Eduardo) -eso sí- hagan las obras con calidad, que se invierta hasta el último peso programado para cada obra. Y como ya dije que dudo que podamos hacer entrar en razón a Eduardo por la vía de la verdad, lo invito a que si “sospecha” de la labor de Antorcha, se de una vuelta por nuestras zonas de trabajo, verá que hemos avanzado mucho y eso nos llena de orgullo, pero también se dará cuenta que aún hay mucho qué hacer, que aún hay mucha marginación, que bien podría ayudar a informar para que los gobiernos hagan el trabajo que no han hecho, aunque esto último no le sea posible realizarlo, no porque no quiera, sino porque no puede por los intereses a los que responde su Diario.
Y porque aún hay muchas necesidades entre la población, por esa sencilla razón, Antorcha seguirá trabajando de la mano de los hidalguenses, seguiremos con la llama encendida y los ataques de la UIF, de Santiago Nieto y ¡hasta de Eduardo!, confirman que que vamos por el camino correcto, de lo contrario, no se ocuparían de nosotros. Somos, a despecho de nuestros calumniadores, los hombres y mujeres que estamos cambiando la vida (para bien) de los hidalguenses, de los mexicanos; nuestros hechos lo demuestran y el que no lo quiera ver, no será por falta de inteligencia, ¡sino por exceso de regalías!