En un intento por financiar las necesidades que surgen con la pandemia, el 77 por ciento de los programas del sector público ha presentado algún tipo de modificación presupuestal.
De un total de 685 programas, ubicados en 51 ramos presupuestales, 531 tuvieron algún tipo de cambio en su gasto aprobado por el Congreso al cierre de julio, según datos de la Secretaría de Hacienda.
De acuerdo con Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, el Gobierno ha intentado recortar gasto administrativo para financiar los servicios de atención en salud.
Destacan programas que no tenían presupuesto inicialmente y al cierre de junio contaban con presupuesto, como el Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares por 27 mil millones de pesos.
Algunos otros incrementaron sus recursos, como el de Operación de la Guardia Nacional para la prevención, investigación y persecución de delitos que pasó 621 millones a 9 mil 257 millones o Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral de 3.2 mil a 33.6 mil millones de pesos.
«A pesar de todos estos cambios, no vemos que se esté llevando una estrategia realmente de atención a los efectos económicos de esta pandemia ni a los efectos en salud, por lo que nos parecen cuestionables», dijo Campos.
En esto, contrastan los recortes al Programa de Vigilancia Epidemiológica, que según datos de Hacienda, a inicios de año contaba con 261 millones para el primer semestre y al cierre de junio tuvo sólo 204 millones.
De igual forma el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes perdió 61 millones o 14 por ciento de su presupuesto original y Fortalecimiento de los Servicios Estatales de Salud perdió los mil 507 millones que tenía al periodo.
«Qué bueno que están comprando insumos médicos, que están poniéndole dinero a los programas de atención en salud, pero que mal que sea a costa de otros programas, porque el coronavirus no sustituye otros males de salud pública como diabetes o hipertensión» dijo.
Campos aceptó que México enfrenta un año muy particular, donde las modificaciones al gasto son aceptables. Sin embargo, lo cuestionable es que se realicen sin aprobación del Congreso.
«El tema es que aquí sucede sin que el Presidente lo discuta con el Congreso, lo que sí vemos en países desarrollados. Si queremos parecernos a ellos tenemos que empezar a comportarnos como ellos», señaló.