En más hogares del territorio nacional se reducirá la cantidad de comida que consumen, pues la inseguridad alimentaria alcanzará a 60 o 65 % de los habitantes del país, aseguró la académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Miriam Bertran Vilà.
Esta condición ya la padecía 45% de los habitantes de forma moderada o severa. La investigadora alertó sobre este problema debido al incremento de la pobreza, considerado como el punto central de la crisis de comestibles, desde la perspectiva del consumo y no tanto de la producción o la distribución.
“La insistencia en la gravedad de la obesidad ha generado que se hable de ese mal, sin advertir que las crisis económicas son responsables de buena parte de ese padecimiento, que afecta sobre todo a los sectores vulnerables que con seguridad sufren también hipertensión y diabetes, derivadas de su forma de comer, pero que ahora cargan además la infección del SARS–CoV–2 con un regreso a la medicalización exacerbada”, comentó la docente del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco, durante su participación en el ‘Ciclo de Foros académicos: La investigación UAM presente ante la pandemia’.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) calcula que durante la contingencia sanitaria en México se han sumado 48 millones de personas que pueden padecer hambre.