El uso de carbón para la generación eléctrica del país, mediante las carboeléctricas propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ha disminuido de manera drástica en el último año.
Datos recopilados por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) hasta junio pasado indican que el uso de este combustible, caracterizado por su alto índice contaminante, bajó 34% en el último año.
Así, en los últimos 12 meses -hasta junio- el carbón se convirtió en el cuarto combustible más usado para la producción de energía, con una participación del 5.2% en el mercado. En 2019, el 8.9% de la electricidad se generaba a través del carbón, con lo que se situaba como la tercer fuente más importante de producción eléctrica.
En México, la CFE es la única compañía que opera centrales que usan carbón como combustible. La empresa nacional opera tres plantas: una en Petacalco, en Guerrero, y dos más en Coahuila, una región de alta producción carbonífera.
La caída en el uso de energía generada vía carbón se debe al aumento de la electricidad producida con gas natural y fuentes renovables, principalmente mediante centrales eólicas e hidroeléctricas.
Los especialistas apuntan a que la reducción de las carboeléctricas se debe a las reglas del Mercado Eléctrico Mayorista, que dictan que el orden de uso de la electricidad se define con base al costo de generación y la producida a través del carbón no se encuentra dentro de las más baratas.
“También es probable que hayan tenido menor disponibilidad, debido a que no tienen mantenimiento, pero es mucho más razonable que las carboeléctricas no estén despachando al 100% por costo“, dice Casiopea Ramírez, managing partner de la consultora Fresh Energy.
Sin embargo, la tendencia de disminución en el uso de las carboeléctricas podría dar un giro en reversa debido a que en los últimos meses el gobierno federal ha intentado implementar una serie de medidas que priorizan el uso de las centrales de la compañía eléctrica nacional.
En la política de confiabilidad publicada por la Secretaría de Energía en mayo pasado se modifica el criterio de despacho para aumentar el uso de las plantas de CFE. También en el memorándum dirigido a los reguladores en julio pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió utilizar primero la electricidad generada por la compañía nacional.
“El gobierno lo que quiere hacer es modificar el despacho económico para que tengan preferencia las plantas de CFE y la CFE es la única que tiene centrales carboeléctricas”, dice Ramírez.
En julio pasado en una conferencia de prensa, funcionarios de la CFE dieron a conocer la existencia de un acuerdo con el Centro Nacional de Control de Energía para que estas tres centrales pudieran aumentar el despacho, para así aumentar la confiabilidad del sistema.
“Debido al aumento del uso de las renovables es que han intentado poner toda esta serie de políticas, desde una lógica de peligro de pérdida del mercado (de la CFE). Bajar el uso de carbón es benéfico para los consumidores porque disminuyen los precios globales de la energía”, explica Paul Sánchez, de Ombudsman Energía México.
De aumentar el uso de generación con el carbón, México irá en contra de una tendencia de descarbonificación a nivel global.
En los últimos 10 años más de 100 centrales carboeléctricas de Estados Unidos han sido modernizadas para generar electricidad vía gas natural. También, países como Portugal, Suecia y Austria han anunciado el cierre de sus plantas que usan carbón para dar paso al mayor uso de gas natural y plantas renovables.